05/May/2024
Editoriales

Nuevo León debe seguir a la cabeza

El inusual desarrollo de nuestro estado es debido a su eficiente sistema educativo.

Inició desde mayo de 1933 que se promulgó la Primera Ley Orgánica de la Universidad de Nuevo León pues para septiembre de ese año ya había abierto cuatro facultades y seis escuelas, cuyos alumnos sumados a los de bachillerato eran mil 426.

Pero tuvo un traspiés político y la Universidad terminó cerrando en septiembre de 1934, aunque se trató de llenar el vacío creando una Universidad Socialista que en septiembre de 1935 inició dando clases con enfoque marxista.

Mal o bien, ese ambiente exigía que se abrieran oportunidades para los jóvenes obreros y trabajadores en general, así que en diciembre de 1937 se fundó la Escuela de Bachilleres nocturna, hoy Escuela Preparatoria Número 3.

Además se veía muy natural porque ya existía la Escuela Secundaria nocturna que operaba en la Escuela Calles de la Calzada Madero, en el área que había pertencido a los cuarteles, así que fue muy exitosa.

Y cómo no iba a serlo, si ha tenido a grandes personajes en su dirección, como el licenciado Genaro Salinas Quiroga, el doctor Mateo A. Sáenz, el ingeniero Bernardo Dávila Reyes, el maestro Francisco M. Zertuche, el doctor Máximo de León, el IQ. Carlos Caballero Lazo, y otros más de ese calibre. 

Además el boom de Universidades privadas que se dio en los años noventa abrió más oportunidades para estudiar de noche, y algunas facultades de la UANL como FACPYA tienen las modalidades para estudiar de día, de noche o en línea.

Pero ahora las nuevas condiciones sanitarias obligan a nuevos esquemas de educación en línea, que desde la educación básica se están fomentando.

La educación superior será totalmente virtual, con algunas clases híbridas.

Se debe entender que vienen cambios muy importantes en la educación, es decir, en nuestro desarrollo, y Nuevo León tiene que ir a la cabeza.