Junio 8 de 1833: Emite el general Mariano Arista el Plan de Huejotzingo contra las reformas propuestas por Gómez Farías y a favor de que Santa Anna sea dictador de México. El 16 de mayo anterior, Santa Anna había asumido la presidencia de la República, jurando ante el Congreso y al término del obligado Te Deum (Acción de Gracias) ofreció respeto a la religión y garantías para el ejército.
Pero muy a su estilo, ya para el 29 de mayo, Santa Anna traía problemas porque desde el 26 de ese mismo mes, en la guarnición de Morelia, Ignacio Estrada había emitido un plan para la defensa de la religión católica y designado a Santa Anna protector de la causa. Así que eso obligó a Santa Anna a declarar el 29 una condena a Escalada y niega ser el adalid a favor del clero.
Después hubo otra declaratoria, el 31 de mayo, ahora en Tlalpan, del general Gabriel Durán quien propuso a Santa Anna lo mismo, que con el lema de Religión y Fueros conduciera el movimiento político enunciado, pero Santa Anna "se niega". En ese momento empezaban los problemas con Texas pues en abril se había celebrado una convención en esas tierras norteñas, que motivó un viaje de Stephen Austin a CDMX a solicitar que Texas fuera un estado -no una parte de Coahuila-, e inicia el movimiento político texano que culmina con su escisión de México.
Regresando a Santa Anna, el día 2 de junio recibió autorización del Congreso para dirigir el ejército en contra de los pronunciados en Tlalpan, mismos que se fueron a Cuernavaca. Por tanto, del 3 al 18 de junio, Gómez Farías se quedó al frente del Ejecutivo, lo que aprovechó para restringir las entradas y salidas de la capital sin permiso oficial, (y además prohíbe a los voceadores de periódico vocear en las calles).
El día 6 de junio llega la noticia de que Arista se unía a "Religión y Fueros", y al día siguiente se sabe que Santa Anna había sido detenido por los rebeldes en Cuautla, Morelos, lo que da pie a Arista para lanzar su Plan de Huejotzingo. Total, que Santa Anna llega a CDMX el día 16 de junio de 1833 y la gente festeja toda la noche. Y así se la pasó este señor Antonio López de Santa Anna, quien con el paso del tiempo se convirtió en nuestro villano favorito, pero en aquel momento parecía ser la salvación de todo el país. Movía a sus militares a que lo presionaran para dirigir el país a un escenario planeado de antemano, así se movía a favor o en contra del conservadurismo o de del liberalismo, de acuerdo a sus intereses pasajeros.