Al menos diez personas murieron y más de cuarenta resultaron heridas por tres explosiones que sacudieron la capital afgana el jueves antes de la temporada electoral.

Un terrorista suicida que iba en motocicleta se lanzó contra un minibús del ministerio de Minas y Petróleo hacia las 08H10 (03H40 GMT) en el este de Kabul, declaró Nasrat Rahimi, el portavoz del ministerio del Interior.

El atentado suicida fue seguido por la explosión de una bomba artesanal, en la misma zona, y después por un ataque con coche bomba contra "civiles", en otro barrio de Kabul, añadió.

El vocero elevó el número de muertos de siete a once, incluidos cinco mujeres y un niño, y el de heridos de 21 a 41.

El portavoz del ministerio de Salud, Wahidullah Mayar, habló por su parte de de diez muertos y 41 heridos.

Los talibanes reivindicaron la tercera explosión, según ellos obra de uno de sus kamikazes que se hizo estallar contra un convoy de fuerzas extranjeras, según su portavoz Zabiullah Mujahid.

En cambio afirmaron que no tenían nada que ver con los dos primeros ataques.

Los atentados se produjeron en un contexto de aumento de la violencia en Afganistán, y apenas tres días antes de que se inicie la campaña oficial para las elecciones presidenciales del 28 de septiembre.

Las anteriores elecciones se vieron empañadas por la violencia y el derramamiento de sangre de los talibanes y otros grupos insurgentes que se niegan a reconocer la democracia de Afganistán.

Estados Unidos negocia un acuerdo que vería a las fuerzas extranjeras abandonar el país a cambio de que los talibanes ofrezcan garantías de seguridad, incluyendo el compromiso de que el país no se convertirá en refugio de organizaciones terroristas.

Algunos observadores estiman que los insurgentes están cometiendo más atentados para fortalecer su posición en las negociaciones.

Una nueva serie de conversaciones entre el enviado especial estadounidense para la paz en Afganistán, Zalmay Khalilzad, y los talibanes está prevista en Catar en los próximos días. Khalilzad se encuentra actualmente en Kabul.

"Los talibanes llevan a cabo conversaciones, a la vez que multiplican tales crímenes contra la humanidad", lanzó el presidente Ashraf Ghani, que suele mostrar su indignación por ser mantenido aparte de estas discusiones.