Editoriales

El origen de Italia

Desde el siglo VI adC. Ya se usaba el nombre de Italia para referirse a la región actual de Calabria. El siglo siguiente, -V adC-, Antíoco de Siracusa escribió dos ensayos en griego, en el primero habla de Sicilia, y en el segundo de Italia, cuyo territorio abarcaba toda la región meridional, y el origen de la palabra se derivaba del rey Italo. Se debate entre historiadores pues algunos consideran que Italia viene de Vitelu que en lengua pre romana centro-meridional, significa Ternero, por lo que la palabra Italia podría traducirse como “La Tierra de los terneros”. La semejanza entre este término del griego antiguo con el usado para mencionar a los terneros o toros “Italos” es realmente notable.

El Oxford Classsical Dictionary, segunda edición, dice que el nombre viene de Italic Vitelia: Tierra de los Carneros, nombre que se le daba originamente a la parte más meridional de la singular península.

Desde el siglo III adC el nombre de Italia se usaba por la región central, que es gran parte de la península. Y en el siglo II adC el romano Marco Porcio Catón (Catón El Censor) y el historiador griego Polibio llamaban Italia también al territorio norte del actual territorio.

En el año 90 adC se acuñó la primera moneda que llevaba el nombre de Italia escrito en una de sus caras, pues 50 años antes el emperador Publio Edrio Adriano había ordenado que se incluyera en la moneda romana el nombre de Italia, pero no tan destacado.  En el 45 adC, Julio César incluyó a la región norte en el territorio italiano, y lo consideró el límite natural a la cadena montañosa de los Alpes. En 1000 dC el nombre designaba a una región, una cultura y a un dialecto. Y fue hasta 1861 cuando varios estados separados se unieron y comenzaron a llamarse Italia como país.

Hay más versiones, como la de Aristóteles que la llamaba Italians como lo hacían los oenotrianos cuando quedaron en el reinado de Ítalo. Porque la palabra Oenotria significaba Tierra de Vinos, pues en griego se nombraba a esa bebida como Oinos.

La historia de Italia se remonta al siglo XIII adC cuando su territorio fue ocupado por los etruscos en el norte del río Tiber, hasta que llegaron los celtas y se lo adueñaron. Obviamente que el pueblo que más influyó en la historia de Italia fue el romano. Abro paréntesis para decir que para el origen del nombre de Roma, hay varias tesis. La más conocida es que el 21 de abirl de 753 adC, Rómulo (Romulus) fundó Roma y de ahí su nombre. Pero otros historiadores dicen que viene de la palabra lituana  Ruomulis, que significa Colina, correspondiente a su orografía. Otros dicen que viene de la corrupción de la palabra Ruma, que significa en etrusco Pecho, nombre que se le daba entonces a una de las colinas, la Palatino, pues su forma parecía pecho femenino. Roma amplió sus posesiones tras las guerras púnicas contra Cartago en el siglo III adC y a comienzos del siglo II adC dominó Grecia. De allí se expandieron a Oriente medio, Armenia, Asia menor, y Cartago, al norte de África. Al inicio del siglo II ya había crecido por toda la actual Europa. En 330 se movió la capital del imperio a Bizancio y el emperador Constantino se convirtió al cristianismo prohibiendo las crucifixiones. Casi todos los pueblos poderosos intentaron conquistar el imperio hasta que los lombardos, dirigidos por los jefes militares llamados “duces” ganaron el norte de la península itálica, que a inicios del siglo XVI era disputada por franceses, españoles y asutríacos. Napoleón entró en el país en 1794, expulsó a los austríacos y cuatro años después ocupó Roma, creando la República Romana y la República Partenopea en Nápoles. Sólo se salvaron de Napoleón Sicilia y Cerdeña, donde gobernaba Víctor Manuel. En fin, Napoleón abolió el poder temporal de los papas y deportó a Pío VII a Savona.

Pero Napoleón cayó, y Víctor Manuel II unificó y creó el Reino de Italia, del que sólo Roma y el Véneto quedaron excluidos. Fue hasta 1870 cuando los italianos invadieron Roma y la hicieron parte de su reinado, exigiéndole al papa Pío IX que entregara el poder. No aceptó así que lo confinaron en el Vaticano, lugar donde permanecieron sus sucesores hasta la actualidad. El Vaticano es un Estado soberano. Aunque ya me salí un poco de la historia del nombre de Italia, hablar de Roma y El Vaticano es necesario para comprender el significado actual y el uso del idioma italiano, así como su origen.