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Salidas de Trump: ¿Distracciones inoportunas o calculadas?

Washington -  Con una votación crucial en el Senado sobre la reforma fiscal que tanto ha pregonado y el vencimiento de una serie de plazos en diciembre, Donald Trump está ignorando todos esos temas y enfocándose en una serie de asuntos secundarios, como videos contra los musulmanes, Pocahontas, los jugadores de la NFL que se arrodillan durante el himno nacional y sus numerosas disputas con los medios de prensa.

Los tuits del presidente del miércoles estaban llenos de temas tangenciales: retuiteó una serie de videos difundidos por la política británica Jayda Fransen, de la agrupación de extrema derecha Gran Bretaña Primero, y reaccionando al despido del presentador de un noticiero de NBC Matt Lauer, Trump reiteró sus quejas contra los medios de prensa, diciendo que “NBC y Comcast deberían ser despedidos por difundir tantas noticias falsas”.

También habló en un tuit sobre su exhortación a que el president chino Xi Jinping imponga sanciones adicionales a Corea del Norte.

Todos estos tuits distraen la atención de Trump en momentos en que está en juego su propuesta para una reforma fiscal y en que asoman los vencimientos de varios plazos relacionados con el presupuesto y otros temas prioritarios en el Congreso.

Si bien esta no es para nada la primera vez en que los tuits y las ocurrencias de Trump son usados para desviar la atención, ofrecen nuevas evidencias de la tendencia del mandatario a aferrarse a asuntos particulares y negarse a dejarlos.

El presidente republicano vienen burlándose desde hace tiempo de la senadora demócrata Elizabeth Warren, a quien llama “Pocahontas”, y revivió el asunto con un comentario al pasar durante una ceremonia en la Casa Blanca de homenaje a varios miembros de los pueblos originarios.

También insiste en hablar de los jugadores de la NFL y el himno, y en criticar a líderes legislativos demócratas como Chuck Schumer y Nancy Pelosi, a los que acusa de negarse a reforzar las fuerzas de seguridad y la vigilancia de la frontera.

Horas antes de una reunión con Schumer y Pelosi, líderes de las bancadas demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes respectivamente, para hablar de la inmigración ilegal, la delincuencia y los impuestos, Trump anunció que “no preveo un acuerdo”, tras lo cual los dos demócratas decidieron no presentarse.

Las salidas de Trump pueden parecer intempestivas o inoportunas, pero son bien vistas por su base.

Incluso en momentos en que la Casa Blanca trata de conseguir los votos necesarios en el Senado para la reforma impositiva, Trump y sus aliados se regocijan con la idea de atacar a Warren, una potencial candidata a la nominación presidencial demócrata del 2020 y feroz crítica del mandatario.

Trump se burla desde hace rato de la afirmación de Warren de que tiene sangre indígena y no presta atención a quienes dicen que llamarla Pocahontas es ofensivo. Pocahontas es un personaje histórico de origen indígena.

Warren respondió al comentario de Trump diciendo que el mandatario trata de callarla y de que deje de “hablar de la ley fiscal que favorece a las grandes corporaciones y no a las familias de trabajadores”.

“Se equivoca. No va a cambiar nada”, agregó.

Los aliados de Trump, no obstante, ven con buenos ojos las peleas con Warren o con cualquier otro exponente del ala izquierda demócrata en momentos en que ese partido busca nuevos líderes.

“Si la conversación es entre él y ella, o el sector progresista de Bernie Sanders, mejor se ve él, porque la verdad es que hay mucha gente a la que le asustan los valores progresistas”, sostuvo el ex asesor de campaña de Trump Barry Bennett.

Lejos quedaron, por otro lado, los días en que Trump hablaba de “Chuck y Nancy”. Su tuit del martes despejó los temores de algunos republicanos de que está dispuesto a negociar con los demócratas sin consultar demasiado con su propio partido.

Los allegados a Trump niegan que sus salidas sean una distracción inoportuna en una semana en la que el gobierno trata de eliminar los últimos obstáculos a la reforma fiscal y de darle al presidente su primera victoria legislativa importante después de varios fiascos, incluida la fallida reforma a los planes de cobertura médica.