02/May/2024
Editoriales

El agua es democrática

El aire, el fuego, la tierra y el agua son elementos naturales que emparejan a todos los seres vivos; lo mismo ayudan o perjudican a seres humanos, animales y vegetales. Entre los humanos igualan a los jóvenes con los viejos, y a los ricos con los pobres. Absolutamente nadie es intocable por su furia ni tan autónomo que no los necesite. 

Se puede prescindir por algún tiempo de alguno de estos elementos, pero nunca perennemente; perder algo no significa que haya desaparecido, y tal es el caso actual del agua que hoy escasea pero mañana abundará.

Decía Tales de Mileto que el agua es el elemento primordial, aunque eso sea discutible, porque los demás elementos naturales también son determinantes para la vida, debemos reconocer que sin agua no hay vida.

Esto nos queda muy claro quienes vivimos en esta hermosa Ciudad de Monterrey en la que el elemento agua siempre ha sido determinante para su buena marcha, pues su escasez -que es lo común- la paraliza, o su exceso, que sucede cada vez que llueve fuerte, también.

Las oficinas que, a falta de agua para los aparatos sanitarios, cierran sus puertas temprano para liberar a sus empleados para que busquen dónde satisfacer sus necesidades fisiológicas, son oficinas ineficientes.

Y ahora qué difícil es vivir en un Departamento a una altura tal que no llegue la presión del agua; por mejor vista panorámica que tenga, por lujoso que sea el elevador; y por más privacidad que proporcionen las ventanas de doble acristalamiento, si hay que comprar agua envasada para ir al baño o para cocinar, el Departamento no vale nada.

El elemento agua volvió por sus fueros, emparejando al residente del lujoso departamento descrito, con el morador de la más humilde vivienda en una colonia popular, en donde tampoco hay agua en la llave.