27/Apr/2024
Editoriales

Háganle caso a la marcha en defensa del INE

Cuando en 1989 cayó el Muro de Berlín, estorboso adefesio que por 28 años dividió a los alemanes entre buenos y malos, es decir entre orientales y occidentales, se derrumbó también el régimen político oriental que apoyaba la URSS.

La otrora poderosa nación soviética colapsó con las reformas Perestroika y Glásnot que buscaban una transformación económica y política, basadas sólo en la decisión de Gorbachov y sus corifeos soviéticos.

El movimiento de protesta alemán tumbó del poder al comunista Honecker y subió a Egon Krens, quien buscó detener las manifestaciones de protesta y una diáspora de alemanes que huían a través de Hungría donde se abrió la frontera con Austria. 

Krens declaró que relajaría las reglas para cruzar el muro y, contrario a lo que imaginaba, las protestas callejeras crecieron, porque todos querían irse ipso facto a Alemania Occidental y los guardias no se atrevieron a disparar contra una multitud de cien mil almas. 

La caída del muro fue el inicio del fin, pues al año siguiente empezó la de la URSS. 

Es interesante saber lo que hacía la gente en Berlín durante las protestas callejeras. Salían de sus casas armados con un martillo como mensaje de que derribarían el muro, lo que se veía imposible, hasta que la noche del 8 de noviembre, irrumpió el silencio las notas de violín del famoso artista Mistlav Rostropócich, exiliado en el lado oeste, ‘prendiendo’ a los alemanes orientales que hicieron lo imposible: personalmente demolieron el muro. 

La marcha de ayer en las calles de las ciudades mexicanas es la primera llamada, y el gobierno le debe hacer caso. Se debe detener el proyecto oficial de apabullar o desaparecer al INE, so pena de que se organice una segunda marcha, pues no faltará algún ‘violinista’ que toque las fibras más sensibles de los mexicanos ofendidos con los actos de autoritarismo y desprecio por el marco legal que nos debiera regir, y apliquen otra dosis. 

Una segunda marcha traería aroma de Berlín y de la Primavera Árabe, lo que sería muy grave pues ya falta poco para que haya elecciones.