Febrero 13 de 1893: muere en San Remo, Italia, el escritor mexicano Ignacio Manuel Altamirano. Nació en Tixtla, Guerrero, el 13 de noviembre de 1834, fue hijo de padres indígenas que no hablaban español. Estudió en el Instituto Literario de Toluca, siendo discípulo de Ignacio Ramírez “El nigromante”. Era demasiado pobre para continuar sus estudios, pero su gusto por las letras lo demostró cuando en una compañía errante se estrenó como autor dramático.

Fue también político, luego de matricularse en el Colegio de Letrán, se tituló de abogado y de inmediato se sumó al Plan de Ayutla. En la década de los años cincuenta del siglo XIX participó en la Guerra de Reforma, y durante la invasión francesa alcanzó el grado de coronel. Diputado federal en 1861 y presidente de la Suprema Corte.

Al triunfo de la República, fundó El Renacimiento, revista que con sólo un año de existencia dejó huella e hizo escuela entre los escritores de su tiempo. Manuel Gutiérrez Nájera lo denominó como “el presidente de la república de las letras”. Reabrió el Liceo Hidalgo de la Ciudad de México, con Porfirio Díaz ingresó al servicio consular mexicano. A eso se debe que haya muerto en Europa, pues vivía en Barcelona, y en París. Tiene en su haber obras gigantescas como “Clemencia”, “El zarco” y “La Navidad en las Montañas”. Sus restos están en la Rotonda de las personas ilustres de la CDMX.