24/Apr/2024
Editoriales

La luna

Acabamos de presenciar un hermoso espectáculo llamado eclipse lunar, lo que lleva nuestra atención por enésima vez a ese satélite formado hace unos 4 mil 600 millones de años cuando un asteroide chocó con la Tierra y se desprendieron como producto de esa tremenda colisión pedazos que se fusionaron entre sí por un fenómeno de gravedad mutua. Esta es la tesis científica más aceptada, aunque hay otras que tienen que ver con el “origen de queso” o “de chocolate”, y otras muchas versiones poéticas que la vinculan con el amor.

Lo cierto es que la Luna ejerce una gran influencia sobre la Tierra, pues produce las mareas y, desde hace millones de años reduce el giro de la Tierra y alarga el día. La atracción mutua entre Tierra y Luna mantienen a estos dos cuerpos en rotación sincrónica. Este es el origen de que siempre veamos un solo lado de la Luna, mientras el lado obscuro de la Luna quedó al descubierto hasta 1959 cuando una nave soviética (Lun 3) envió sus fotografías. La parte que siempre se ve desde la Tierra es la que refleja la luz del sol, y la Luna gira en torno a la Tierra una vez al mes. Durante su giro mensual, desde la Tierra vemos sólo una parte de la cara iluminada, por lo que parece que cambia de forma. Las fases de la Luna cambian a partir de la Luna nueva, cuando nada de ella se ve desde la Tierra, hasta la Luna llena, que es cuando toda la cara del satélite está iluminada.