Un bufón imitaba ante emocionado público el balar de una oveja; la gente lo festejaba mucho hasta que un espectador lo retó a competir con ese mismo truco en la siguiente función.
En medio de la expectación, el imitador aceptó el reto y al otro día compitieron.
El bufón hizo su acostumbrado acto con especial entusiasmo y la gente le aplaudió a rabiar.
El turno era del retador que ocultó con su chamarra a una ovejita, a quien tiró de la cola provocándole un fuerte balido.
_¡Fuera, fuera! le gritaba la multitud indignada... ¡así no balan las ovejas!
La decisión fue tomada por aclamación; el bufón ganó el reto y al final el retador perdido, le increpó a los presentes que habían descalificado a la mismísima oveja. Hubo algunos arrepentimientos, pero de todas formas el triunfo ya era del bufón imitador.
Fábula griega