Martin O'Malley, ex gobernador de Maryland, y Keith Ellison, representante por Minnesota, que respaldan fuertemente la Glass-Steagall, son dos de los principales nombres que se mencionan para asumir el puesto de presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés).
En una declaración que se reportó en Politico, O'Malley dijo que "desde las elecciones, se me han acercado muchos demócratas que consideran que nuestro partido necesita un liderato nuevo... Estoy considerando cuidadosamente la posibilidad de la presidencia del DNC porque se que tan urgentemente necesitamos reformar nuestro proceso de escogencia de candidatos, articular una visión progresista audaz, y comprometernos de nuevo por lograr sueldos mas altos y fortalecer a la clase media, y regresar a nuestras raíces como partido de base a nivel nacional".
El representante Ellison le dijo a los periodistas que haría una declaración oficial el lunes, al respecto de si haría campaña por la presidencia del DNC, o no. El jueves por la noche Keith Ellison ya había hecho este comentario. El ya tiene "un importante respaldo" para este puesto, que incluyen al senador Bernie Sanders (de Vermont), a la senadora Elizabeth Warren (de Massachussets), y al senador Chuck Schumer (de Nueva York), quien es muy posible que sea el próximo líder de las minorías en el Senado cuando Harry Reid (de Nevada) deje su cargo en enero.
El tercer candidato es el ex gobernador Howard Dean, que hizo campaña para la presidencia de Estados Unidos en el 2004, y fue presidente del DNC desde el 2005 hasta el 2009, período durante el cual respaldo la "estrategia de 50 estados".
El impacto de la explosión contra Obama y contra Hillary Clinton entre la población que perdió la presidencia, y que perdió también muchos puestos en la Cámara de Representantes y en el Senado, está creando las condiciones para limpiar el DNC. Los emails del DNC que publicó Wikileaks dejaron ver la enorme corrupción dentro del DNC y el papel que jugaron para manipular las elecciones primarias coludidos con la campaña de Hillary Clinton en contra del senador Bernie Sanders.