Internacional

El juicio político contra Trump el 8 de febrero; para impedir que regrese a la política pero con temor a la base social que lo apoya

 

El segundo juicio político contra el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump por "incitar a la insurrección" con el asalto al Capitolio comenzará formalmente la semana del 8 de febrero 

La gran pregunta en Washington es "¿cómo lo hacemos?" y se refiere a las posibilidades de juicio contra el expresidente Donald Trump. 

Es en cierta forma el primer gran desacuerdo en la era del gobierno de Joe Biden, inaugurado el miércoles entre señales de normalización en un momento anormal.  

Los demócratas en la Cámara baja anunciaron que enviarán la acusación formal que obligará al Senado a iniciar un juicio de impugnación constitucional en febrero. 

Y de creer a los reportes que circulan en Washington, muchos republicanos fuera del Congreso presionan calladamente para que haya una condena que evite el retorno de Trump a la política. 

Pero dentro de la Cámara alta la visión es distinta. Se necesita que al menos 17 de los actuales 50 senadores republicanos voten públicamente a favor de la impugnación, y eso conlleva para la mayoría el riesgo de perder su carrera ante una base republicana todavía favorable a Trump.    

Hasta el líder republicano Mitch McConnell, que señaló la responsabilidad del mandatario en el motín del seis de enero en el Capitolio, tiene dudas. De hecho, ya pidió que el juicio se posponga hasta mediados de febrero, para tener más clara la situación. 

"Queremos que (Trump) se vaya, pero el problema es ¿cómo lo hacemos?", preguntó un ayudante legislativo republicano.
Con todo, es una señal de que la primavera llegó a Washington, con dos meses de adelanto. 

Cierto que se trata de la actividad política habitual, de los desacuerdos y los debates que eran normales hasta hace cuatro años, antes de la presidencia de Trump. Y ahora, demócratas y republicanos tratan de retomar sus vidas. 

Sin Trump, y tan divididos como ha sido habitual las últimas décadas. Tanto como hace cuatro años y como en la situación que permitió el surgimiento del ahora ex mandatario. 

La vida vuelve a la normalidad y en el caso de esta, la capital de un país dividido, se caracteriza por el debate y los desacuerdos.
El primero, por supuesto, en torno al juicio de impugnación contra el ahora expresidente Trump. Pronto vendrán otros, que ya están aquí, de hecho: el tamaño del estímulo fiscal para reactivar la economía, la amplitud de las propuestas migratorias del presidente Biden, el impacto de las medidas de medio ambiente. 

Por lo pronto, en el centro de Washington, sólo quedan rastros de la vigilancia militar que fue la norma la última semana y los establecimientos comerciales reabren, limitados por los temores a la pandemia de COVID-19 y algunos todavía con planchas de madera en sus vitrinas, pero ya sin temor a posibles ataques de grupos de ultraderecha.