Este miércoles, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), informó que ya se entregaron los resultados sobre los efectos que provoca el Horario de Verano, los cuales se darán a conocer en los próximos días, pero que, adelantó, indicaron poco ahorro y bastantes daños a la salud.

“Es mínimo el ahorro y es considerable el daño a la salud. Hay mucha posibilidad de quitarlo, sobre todo por el daño a la salud. Está probado”, comentó.

El mandatario aseguró que en el informe realizado en conjunto por la Secretaría de Energía (SENER), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaría de Salud (SS), se determinó que el ahorro representaba alrededor de mil millones de pesos al año en todo el país, lo que se podía subsanar con una campaña para economizar energía eléctrica.

Asimismo dijo que el cambio dependerá de la opinión pública, por lo que si “es mayoritario el apoyo en un sentido o en otro, no habrá consulta” y se decidirá a través de una encuesta.

La decisión que se tome se verá plasmada a partir de octubre de este mismo año; será cuando se elimine o se mantenga el Horario de Verano.

Esta no es la primera vez que el presidente busca eliminar el cambio temporal, ya que mientras se desempeñó como Jefe de Gobierno del 2000 al 2005, buscó promover un decreto en la materia en el extinto Distrito Federal. Aunque no tuvo el aval del gobierno federal.

Argumentó que no debía cambiarse por las afectaciones negativas a la salud de los habitantes del DF, así como a nivel nacional e internacional y que ponía en riesgo la seguridad y la economía de la sociedad.

El ahora primer mandatario de la nación elaboró una consulta entre los ciudadanos por medio de llamadas telefónicas. De acuerdo con los resultados que presentó en aquella ocasión, se consultó a cerca de 300 mil ciudadanos de los cuales el 75% respondió que no estaba de acuerdo con el cambio de horario y un 15% a favor.

Los resultados fueron presentados ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para controvertir la decisión del ejecutivo federal, en donde se reviró que López Obrador no consultó a las entidades. Fue de esta manera que no trascendió y el horario de verano continuó siendo aplicado.

La SCJN reviró que la modificación dependía de los legisladores, por lo que el jefe de gobierno tuvo que atenerse a ello, aunque no sin dejar de proclamarse en su contra y argumentar que se trataba de una medida arbitraria que solo contestaba a los intereses de las finanzas.

Varios son los personajes políticos que han intentado impulsar esta medida además de López Obrador, entre ellos están el polémico diputado por el Partido del Trabajo (PT), Gerardo Fernández Noroña, quien señaló que debía cambiarse por las alteraciones del sueño y aumentar la sanción de cansancio que provoca en la gente, así como afectaciones al ritmo cardíaco, irritabilidad o cambios de humor.

El horario de verano comenzó a aplicarse a nivel nacional en 1996 durante el gobierno del priista Ernesto Zedillo, con el objetivo de ahorrar energía eléctrica y aprovechar la luz natural. A su vez, disminuiría los recursos utilizados para su producción.

Pero también sirvió con el propósito de mantener cierta sincronización entre las actividades económicas con el gobierno de Estados Unidos, uno de los principales socios del país. De este modo las actividades en los servicios fronterizos de aduanas y operación de puentes fronterizos irían a la par.