No cabe duda que la política, como decía el sabio Alfonso Martínez Domínguez, es una especie de Rueda de la Fortuna, pues nadie sabe cuándo se detendrá y cuando girará… no solamente esa es la cuestión, sino la gran incertidumbre de que cuando se detenga nadie imagina en qué situación quedará, y mucho menos si cuando girará se estará en una situación cómoda o al contrario, incómoda… así que lo mismo aplica para Ricardo Anaya que para Jaime Rodríguez Calderón… ///

Cuando Anaya era El Chico Maravilla de la Cámara de Diputados, brillaba intensamente y deslumbraba al mundo pero sobre todo se encandilaba a sí mismo, es decir, estaba en la parte alta de la rueda de a fortuna… en ese tiempo todas las puertas se le abrían, por lo que abrió la que lleva a la candidatura presidencial… pero encandilado como andaba no se dio cuenta que los ofrecimientos que le hacían eran para el presidente de la Cámara de diputados, no para el futuro candidato presidencial, y según indican sus detractores, aceptó un regalito… pero ahora, luego de haber perdido la elección presidencial es perseguido por la aceptación de ese regalito, y además el presidente López Obrador se solaza callándole la boca para que ya no ‘diga mentiras’ de su gobierno… la rueda de la fortuna ahora deja a Anaya en la parte baja y eligió huir porque sabe que la justicia mexicana tiene dueño y no es amigo suyo…///  

Esta novela apenas empieza, así que no se pierda los siguientes capítulos… ¿de acuerdo?...///