Editoriales

De “picudo” a “picudo”

Un ingenioso médico que consultaba en la farmacia de mi padre cobraba “bien” la primera vez que veía a un enfermo, pero en las siguientes veces que iba esa misma persona ya le cobraba menos, un poco arriba de lo que los otros doctores, pero nada fuera de lo normal.

Un paciente que no quería pagar los salvajes cincuenta pesos de la primera consulta, sino que buscaba pagarle los treinta de las consultas cotidianas, un día llegó al consultorio que tenía la misma entrada de la farmacia y luego de esperar sentado su turno, entró diciéndole: Doctor Farías, aquí me tiene otra vez. Qué bien, desnúdese por favor, le dice el médico. Luego de un examen minucioso, el doctor concluyó: _Esto va bien; continúe el tratamiento que le di la vez anterior.