Ahí están las cifras proporcionadas por la propia Casa Blanca en Washington en marzo del 2015 que muestran que la siembra y producción de cocaína en Colombia se disparó entre los años 2013 y 2016 después de 12 años de aplicación del Plan Colombia y una inversión de 10 mil millones de dólares por parte de los Estados Unidos.
El Plan que implicó la injerencia y la presencia directa de las fuerzas militares norteamericanas para controlar el territorio y arrebatárselo a los cárteles de la drogas, fue eficaz en ese sentido pero no en disminuir la producción de cocaína o los sembradíos de hoja de coca. La región del Putumayo en donde existían unas 9 mil hectáreas bajo cultivo pasó, en efecto, a sólo producir en unas 2 mil hectáreas. Sin embargo, los cultivos "emigraron" hacia otras partes del país y de 80.500 hectáreas que se sembraban en 2013, después de 13 años de ejecución del Plan Colombia, para 2015 los sembradíos aumentaron a 196 mil hectáreas.
La producción bruta regresó a por encima de los 500 mil toneladas métricas cada año. Para algunos analistas el Plan Colombia fue una forma de administrar el narcotráfico y conducirlo hacia los Estados Unidos de manera "ordenada" por parte de las fuerzas militares y de inteligencia norteamericana aprovechándose de un gobierno débil y corrupto de un "estado fallido" como era Colombia a finales de los 90s.
¿Será que los Estados Unidos quieren repetir ese mismo error ahora en México? El Gral. John Kelly se refirió a Colombia como un ejemplo de la colaboración que busca con México el gobierno de Donald Trump, pero no se trata de ninguna manera de un "éxito" sino todo lo contrario.