20/Apr/2024
Editoriales

De tabaco… y otros vicios

Los temas relacionados con la salud adquieren nuevas dimensiones a raíz de la actual pandemia del Covid 19; hay preocupación entre las personas sensatas por un posible contagio del virus. Sin embargo, existen otros peligros para la salud que no se ponderan adecuadamente, tal vez porque algunos tienen origen en costumbres añejas y en ciertos casos en el vicio. El tabaco es uno de ellos; fumar causa daños al sistema cardiovascular, propicia ataques al corazón, hipertensión arterial, y disminuye los niveles del colesterol HDL -bueno- en la sangre.

El gusto por el tabaco nace en el primer viaje de Colón a América, que llevó de regreso a España muchas novedades, entre ellas el tabaco, por conducto del aventurero Rodrigo de Jerez, cuya mujer describió así: ‘traga fuego, exhala humo y está seguramente poseido por el demonio’. En Europa tuvo tanto éxito que, para el siglo XVII, ya estaba en China, Japón y la costa occidental de África. Sevilla fue la primera ciudad europea en donde se fumó en público. El vicio de fumar tuvo en el médico sevillano nacido en 1493, Nicolás Monardes -primer escritor científico en atribuir al tabaco propiedades curativas- a su paladín. En 1571, en su “Libro de las Cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales que sirven de Medicina, se trata del Tabaco, del Cardo Santo y de muchas Yerbas”, afirma que el tabaco alivia la artritis y cura el mal aliento, y asegura que mascándolo desaparecen la jaqueca y el dolor de muelas.

Pero la Iglesia católica lo identificó como dañino y el obispo de Granada -Bartolomé de la Cámara- prohibió su uso y luego toda la Iglesia católica lo hizo en sus templos. El zar ruso Miguel Federovich ordenó cortar la nariz a todo aquel que llevara tabaco encima. En 1650, la curia local de Sajonia, Baviera, Zurich, incluyó un nuevo mandamiento: No Fumarás. El más rígido contra el tabaco fue el sultán otomano Amurates IV (1611-1640) quien decretó la pena de muerte a los fumadores. Localmente se ha legislado para evitar que se fume en lugares públicos, pero no se ha erradicado ese dañino vicio. Ayer vi a un hombre que llevaba puesto su cubrebocas, y al mismo tiempo fumaba. Aunque no lo acostumbro, me reí porque en serio que era ridículo todo lo que tenía que hacer para poder chuparle al cigarrillo, pues además traía el celular, así que la maniobra era comiquísima. Debemos cuidarnos del Covid 19, pero también de otros vicios que son igual o más peligrosos.