Georges-Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788) era un francés estudioso de prodigiosa capacidad. Por años estudió la edad de la tierra y una de sus influencias fue la obra de Isaac Newton. Buffon se dedicó durante un par de décadas a estudiar el enfriamiento de la tierra como elemento para calcular su edad, partiendo del principio de que se había desprendido del sol. Experimentó calentando bolas de hierro para extrapolar el tiempo que se tardaban en enfriarse, y así calculó que la tierra requirió de 50 mil años como mínimo para llegar a ser habitable por seres vivos. Como era de esperarse en ese tiempo, Buffon fue denunciado ante la Iglesia –que ya había aprendido con el caso Galileo a no ser muy drástica- así que fue invitado a responder a los cargos formulados por la Facultad de Teología de la Sorbona. Al término de la reunión, Buffon se comprometió a retractarse en el segundo volumen de su libro Histoire Naturelle que estaba por salir a la luz. Luego de que fue absuelto, platicó a sus amigos que: “Es mejor ser humilde que ser ahorcado”.