Internacional

Guerra del crimen organizado en cárceles de Brasil deja 18 muertos

Rí­o de Janeiro - Brutales enfrentamientos entre presos de las dos mayores facciones del crimen organizado en Brasil dejaron 18 muertos, algunos decapitados, entre el domingo y el lunes en dos cárceles de estados amazónicos fronterizos, en una guerra del narco que puede extenderse a otras prisiones del paí­s.

Este lunes, ocho presos murieron carbonizados y otros dos resultaron gravemente heridos en una cárcel de Porto Velho, la capital de Rondonia (estado fronterizo con Bolivia), un dí­a después de que en una prisión de Boa Vista, la capital de Roraima (fronterizo con Venezuela), otros 10 internos fallecieran, tres de ellos decapitados, según un reporte actualizado que redujo la cifra dada inicialmente por la policí­a de 25 muertos.

"El lunes, un grupo de reclusos encerró a sus rivales en sus celdas y les prendió fuego. Sospechamos que se trata una disputa entre facciones", dijo a la AFP un responsable policial de Porto Velho, al indicar que 40 detenidos fueron trasladados a otra prisión.

El domingo, en la penitenciarí­a rural de Monte Cristo, en Boa Vista, el choque estalló después de que los internos de un pabellón invadieron otra de las alas de la cárcel hacia las 15h00 locales (18H00 GMT).

"Siete cuerpos estaban carbonizados y otros tres decapitados", dijo a la AFP la encargada de prensa del gobierno de Roraima, Jessica Laurie, al precisar que seis presos también resultaron levemente lesionados.

"En un primer momento, la policí­a creyó que habí­a más muertos. Los internos estaban armados con piedras y pedazos de madera que arrancaron de los muros y con estos pedazos decapitaron a sus rivales. Fue algo brutal", relató.

La funcionaria dijo que los conflictos en las dos prisiones del norte del paí­s están relacionados: "la facción del crimen organizado PCC (Primer Comando de la Capital) dio la orden de matar a los miembros de la facción rival CV (Comando Vermelho) en todas las prisiones del paí­s", aseguró Laurie.

"Esto empezó en Buena Vista el domingo y continuó esta mañana en Porto Velho. Antes, estas dos facciones actuaban juntas en el control de armas y de drogas, pero rompieron su alianza de más de 20 años", subrayó.

- "Iba a pasar alguna cosa" -

La secretarí­a de administración penitenciaria de Rio de Janeiro estaba en estado de alerta desde el viernes por la ruptura de esta alianza y un centenar de miembros del PCC y del CV empezaron a ser trasladados de cárceles.

El secretario de seguridad de Roraima, Uziel Castro, confirmó el lunes que "todos los sistemas penitenciarios de Brasil sabí­an que algo iba a pasar" pero que fueron sorprendidos el domingo porque los enfrentamientos ocurrieron durante un dí­a de visita.

"Existe una tradición en el mundo del crimen de que no hay revueltas los dí­as de visita", dijo Castro, citado por el portal G1.

La socióloga Camila Nunes Dias, profesora de la universidad en la periferia de Sao Paulo UFABC, explicó que "existí­a una alianza de hecho entre el PCC, que tiene su base en Sao Paulo, y el CV, que tiene su sede en Rio, desde el nacimiento del PCC en 1996/1997, una alianza comercial, de intercambio de drogas y de cohabitación dentro de las prisiones".

"Pero esta alianza se rompió por la estrategia de expansión de los dos grupos por todo Brasil, cada uno buscando aumentar su influencia", manifestó.

Los motines y los enfrentamientos son muy frecuentes dentro de los hacinados presidios en Brasil. La prisión de Monte Cristo, por ejemplo, tiene una capacidad para 700 detenidos pero alberga al doble.

Organizaciones de defensa de los derechos humanos alertan regularmente a las autoridades de las condiciones de detención deplorables que a menudo prevalecen en los centros brasileños.

El lunes por la noche, una rebelión estalló en un presidio en la zona metropolitana de Sao Paulo. La televisión local mostró imágenes aéreas de varios pabellones en llamas.

Un representante de la policí­a dijo a la AFP que el motí­n "comenzó en la unidad psiquiátrica de la cárcel; varios presos huyeron". No proporcionó de inmediato información sobre muertos o heridos, mientras los equipos de la policí­a se dedicaban a la búsqueda de los fugitivos.