Ahora que el precio del petróleo se desliza aún más hoy a un precio apenas por arriba de los $28 dólares por barril, se le salió a un vocero del banco Standard Chartered una confesión: "los precios se mueven casi exclusivamente por los flujos financieros".
Entre las víctimas hay bancos grandes, que recibieron instrucciones de la Reserva Federal de Dallas de que mintieran para no que fijaran una valoración de sus préstamos a las compañías petroleros al precio del mercado. (Si lo hubieran hecho, la mitad del sector petrolero de Estados Unidos se hubiera esfumado y muy posiblemente hubiera arrastrado consigo a media docena de bancos grandes y mandado al caño sus posiciones en derivados).
Otras víctimas son los fondos soberanos de inversión de los saudíes y otros Estados del Golfo, que tienen $2 billones de dólares en activos, principalmente en valores del Tesoro de EU y otros países occidentales. Estos fondos, según USA Today, están sometidos ahora a una "venta de remate" que podría producir un tsunami financiero en los mercados. Los bonos soberanos saudíes ya tienen un nivel de calificación como el de los bonos de Portugal, es decir, muy bajos.
La debacle petrolera está también causando estragos en particular en el mercado de bienes raíces de Houston, en donde las ventas en diciembre se redujeron un 10% en comparación con el año anterior, y los permisos para viviendas en el tercer trimestre cayeron en un 26%.