16/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Mayo 9 de 1846: Durante la disputa por el territorio mexicano entre los ríos Bravo y Nueces, Mariano Arista retrocede con su tropa y espera a Zachary Taylor en Resaca de la Palma, Texas. A pesar del empuje de las tropas mexicanas, su inferioridad en la capacidad de fuego, y en el arte de la guerra, hacen que sobrevenga otra derrota al ejército mexicano, lo que culmina en una retirada en desorden y abandono de la artillería pesada.

El ejército nacional recula y cruza el río Bravo para refugiarse en Matamoros. Ya para el 12 de mayo, el presidente Polk, con socarronería, declara    formalmente la guerra contra México, aduciendo que se “había derramado sangre en territorio norteamericano”, a pesar de que la lucha había sido en territorio mexicano pues Texas llegaba sólo hasta el río Nueces. En esta batalla que hoy conmemoramos, se enfrentaron dos militares y futuros presidentes de sus respectivos países: Mariano Arista (México, enero 15 de 1851 a enero 5 de 1853), y Zachary Taylor (Estados Unidos, marzo 4 de 1849 a julio 9 de 1850).

Desde el 25 de abril, al norte del río Bravo, en el rancho Carricitos, Anastacio Torrejón había sorprendido y derrotado al capitán Seth Thorton, quien era enviado por Taylor a vigilar los movimientos del ejército mexicano. Y el 30 de abril, Pedro Ampudia atraviesa el río Bravo con una parte de la infantería, mientras que Mariano Arista lo hace al mando de la otra parte de la infantería. Ampudia ataca el fuerte Brown pero llega de pronto Taylor con 3 mil hombres que impiden la toma de esa instalación militar.

El 17 de mayo, Arista solicita a Taylor una tregua pero es denegada, y ante ello, Ampudia mejor abandona Matamoros y el día 18 Taylor cruza el río Bravo para tomar posesión de las fortificaciones fronterizas mexicanas. Claro que mientras nos defendíamos del enemigo norteamericano, había una fiera lucha por el poder entre las diversas facciones de militares mexicanos, como la del 19 de abril de ese año, que mil soldados parten de la ciudad de México para combatir a Juan Álvarez. Ciertamente el ejército norteamericano era más diestro que el mexicano, pero influyó demasiado en nuestra histórica derrota frente al cruel invasor, que los mexicanos estuviéramos divididos.