26/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 12 de 1829: llega a la presidencia de la República Vicente Guerrero, y a la vicepresidencia Anastasio Bustamante. Esto sucede gracias a una cuestionada decisión del Congreso pues se estaba desconociendo al presidente electo Manuel Gómez Pedraza, quien debería gobernar de 1829 a 1832. Guerrero tenía carisma y el antecedente de haber sido consumador de la Independencia Nacional, junto a Agustín de Iturbide. Además había sido candidato pero los votos obtenidos le ubicaron en el segundo sitio, después de MGP, lo que atemperó las protestas posibles contra la decisión del Poder Legislativo nacional. Vicente Guerrero, además de ser un héroe nacional, se condujo muy bien desde su toma de protesta oficial –el 1º de abril de ese año 1829-.

Tomó decisiones que agradaron a la población, como fue la abolición de los estancos del tabaco, organizó la administración de la minería, reglamentó a la Casa de la Moneda, y otras medidas que lo hicieron más popular aún. Participó directamente con Santa Anna en el combate a la fallida reconquista española encabezada por Isidro Barradas, y decretó la libertad incondicional de los esclavos en todo el territorio nacional. Sin embargo, no había pasado un año cuando Guerrero fue sustituido a la brava por el vicepresidente Anastasio Bustamante, quien además lo persiguió acusándolo de delitos que nunca fueron comprobados –como olvidar al ejército por atender sólo a los pobres-, pero con el poder de la presidencia, Bustamante lo mandó prender en Cuilapan, Oaxaca y el 14 de febrero de 1831 fue fusilado. Bustamante se había levantado en armas en diciembre de 1829 con el Plan Jalapa, y Guerrero cayó en la trampa al irse a combatirlo, dejando encargado de la presidencia a José María Bocanegra, y el Congreso, que estaba cabildeado por Bustamante, desconoció a Bocanegra nombrando en su lugar a un triunvirato integrado por Pedro Vélez, Lucas Alamán, y el general Quintanar.

Estos tres triunviros estaban de acuerdo con Bustamante para cederle el poder, y la respuesta de Guerrero fue pésima al huir a su tierra Tixtla, pues no contaba con que el traidor Picaluga lo entregaría para que terminara muerto frente al paredón en Cuilapan. A Vicente Guerrero le faltan reconocimientos históricos, pues en el Palacio Nacional, donde están las pinturas de todos los presidentes de México, no está la de Vicente Guerrero, lo cual a sus seguidores nos molesta, pero hasta ahora no nos han hecho caso de colocarlo en ese sitial que merece por haber entregado su vida a servir a México.