26/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Abril 20 de 1848: Parten las tropas norteamericanas de nuestro país, luego de haberlo invadido, dejando tras de sí charcos de sangre y una nación mutilada sin sus territorios nórdicos -más de la mitad de nuestra extensión geográfica-. Dejaron un país en ruinas con una economía funcional y una autoestima súper devaluada.

El dramático resultado de esa cruel invasión fue que los mexicanos nos dividimos más, y que los estadounidenses regresaron cuantas veces quisieron sin importarles violar los tratados internacionales. Acaso el único orgullo que nos queda es que algún rasguño les hicimos, pues a pesar de las divisiones y pleitos internos, y de lo desigual del armamento y entrenamientos militares, los mexicanos causaron algunas bajas al orgulloso ejército norteamericano. En el libro México, una breve historia.

Del mundo indígena al siglo XX, su autora Alicia Hernández Chávez asegura que Estados Unidos perdió 200 hombres del general Scott a causa de los enfrentamientos con Mariano Arista en la Resistencia del Norte. En la Batalla de Monterrey, Ampudia les causó 400 bajas. En Tampico, Santa Anna les mató a mil soldados. Y en la Capital del país los yanquis perdieron a mil 104 combatientes. Es claro que México perdió más gente, calculándose que fueron casi nueve mil los caídos en esa invasión. Ojalá que hayamos aprendido la dolorosa lección: no debemos dividirnos porque los grandes tiburones están ansiosos de regresar a nuestras aguas para hacer de las suyas otra vez. El gobierno del presidente López Obrador tiene la obligación de buscar la forma de unirnos a todos, a los 30 millones que votaron por él y a los otros 58 millones que no lo hicieron. Y nosotros tenemos la obligación de hacer las paces olvidando si los resultados electorales fueron favorables o desfavorables a nuestra visión del país.