Julio 1 de 1974: Día Nacional del Ingeniero. En nuestra nueva normalidad se deben replantear los desarrollos ingenieriles para que sus proyectos sean realmente sostenibles. La naturaleza está reaccionando por los daños causados a sus recursos, pues en los últimos dos siglos se han edificado grandes obras que, una vez inauguradas, los desarrolladores despiden a los ingenieros y sólo se dedican a explotarlas económicamente sin darles siquiera el mantenimiento especificado. Esto daña las reservas naturales y genera grandes cantidades de materiales de desecho, pues ni siquiera hay vinculación con las otras ramas del saber relacionadas con sus propios negocios, buscando la máxima rentabilidad económica y punto. En algunos casos los desarrollos se manejan con absoluta independencia hasta de la autoridad en la materia, y para combatir las sanciones -si las hay- contratan a una legión de abogados para que los defiendan. Esta falta de coordinación ha llevado al fracaso proyectos ingenieriles de avanzada. Por ejemplo, la ciudad de Yashima, Japón, que en los años 80 del siglo XX se construyó como un proyecto ingenieril que gravitaba en torno a un Parque de Diversiones. Se edificaron hoteles, restaurantes, centros comerciales, edificios públicos, viviendas y todo lo necesario para el funcionamiento de una ciudad moderna, con servicios para más de un millón de habitantes. Pero se desvincularon tanto sus desarrolladores de las demás áreas complementarias del propio proyecto, que no advirtieron el error de tal descoordinación al grado que el parque de diversiones perdió su atractivo y el turismo escaseó. Los desarrolladores quebraron y los trabajadores hubieron de abandonar sus flamantes viviendas para volver a sus ciudades de origen. La ciudad de Yashima no duró cinco años, se mermaron recursos naturales y ahora está cercada y vigilada para evitar que sea punto de reunión de viciosos. Qué despropósito. Ya no se pueden cometer esos errores, son un lujo que no nos podemos dar; se necesita que se escuche la voz de los ingenieros desde la concepción de la Ingeniería Primaria, su construcción y durante su vida útil para darle mantenimiento y coordinarse con las demás dependencias privadas y oficiales que incidan en el proyecto que se trate. México es una nación que tiene grandes ingenieros que hoy celebran su día. Qué pena ver al presidente de la República hablar mal de los ingenieros, cuando casi todos los presidentes de las poderosas repúblicas asiáticas lo son. Es inimaginable un mundo sin ingenieros, no sólo civiles, pues las especialidades de la Ingeniería Civil adquirieron tal importancia que nacieron la Ingeniería Mecánica, la Química, la Petrolera, y demás. Casi todo lo que se ve hecho por el hombre, tiene la participación de los Ingenieros. ¡Feliz Día a todos los ingenieros mexicanos!