04/May/2024
Editoriales

Un presidente de México tenía 27 años

Miguel Miramón -Gregorio de la Luz Atenógenes Miramón y Tarelo- nació en Ciudad de México el año de 1832 y siempre supo que su destino eran las armas. Así que se matriculó en el Colegio Militar, coincidentalmente cuando esa noble institución defendió el Castillo de Chapultepec frente al invasor norteamericano en 1847.  

En realidad Miramón fue un ‘Niño Héroe’, pero su actuación posterior lo desprestigió y le impidió pasar a la historia por ese acto heroico. Pero su formación política familiar le llevó a militar en el ejército conservador llegando a ser el comandante de las tropas del norte. Cuando su corriente política llegó a lo alto, durante la guerra de Reforma, y estando prácticamente en el campo de batalla, a la edad de 27 años fue nombrado Presidente de México. Su presidencia fue paralela al presidente legítimo Benito Juárez, sin embargo, siendo conservador no tenía una posición ideológica radical, como muchos de sus correligionarios; consideraba que los males del país estaban enraizados en la administración pública y era celoso del destino de los recursos hacendarios. Empero, enfrente tenía nada menos que a Juárez, un hombre cuya grandeza le permitía sobrellevar la escasez de recursos económicos, la falta de asiento físico de su gobierno, y la presión de una alevosa invasión extranjera. Estupendo militar, Miramón atacó el puerto de Veracruz porque Juárez estaba allí refugiado, pero fue derrotado por el general Jesús González Ortega, huyendo al extranjero y no regresó sino hasta que el Imperio de Maximiliano lo nombró gran mariscal de sus ejércitos. Siguió luchando contra Juárez y en 1866 cuando el emperador Maximiliano se quedó sin el apoyo de las tropas francesas quiso abdicar, fue Miramón quien lo disuadió y se quedó hasta que fueron vencidas sus fuerzas militares por las tropas del neolonés juarista Mariano Escobedo. Allí Miramón fue aprehendido con el general Tomás Mejía, y en el cerro de las campanas murieron fusilados ambos mexicanos junto al príncipe europeo Maximiliano de Habsburgo, el 19 de junio de 1867. A Miramón se le reconoce en primer lugar por haber sido el presidente más joven de la historia, y en segundo, que fue leal a sus principios ideológicos, pagando la lealtad con su vida. En la historia están registrados muchos casos de mexicanos saltimbanquis que estuvieron del lado de quien ejercía el poder, sin importar sus principios, con tal de que les dieran canonjías. Ah, y hoy día es lugar común el cambiar de ideología -o partido Político- luego de haber escalado uno o varios puestos públicos gracias a un partido y de pronto, se cambia y se lleva a piedras, por eso reconocemos a Miguel Miramón.