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Cómo Bale y Adams se transformaron en los Cheney para “Vice”

BEVERLY HILLS, California, EE.UU.  — Christian Bale tenía que tomar una decisión. Estuvo vacilando sobre la inusual propuesta de Adam McKay para que interpretara a Dick Cheney en una cinta biográfica sobre el ex vicepresidente estadounidense y tenía que darle una respuesta.

“Pensé que iba a ser imposible. Tampoco quería hacer todo ese trabajo”, dijo Bale recientemente en Beverly Hills. “Pensé, ‘¡Esto va a ser un montón de trabajo! ¿Te das cuenta de lo difícil que va a ser? De verdad no quiero hacerlo’”.

Pero tras empezar a investigar sobre Cheney y someterse a algunas pruebas de maquillaje, se dio cuenta de que estaba obsesionado. De pronto no le pareció “tan completamente loco” ver su nombre junto al de Cheney. Debía aceptar.

Así que Bale, y eventualmente su frecuente compañera de la pantalla Amy Adams (“The Fighter”, “American Hustle”), decidieron sumergirse de lleno en este imposible y convertirse en los enigmáticos Dick y Lynne Cheney para “Vice”, que se estrena el día de Navidad. La polémica cinta de McKay sigue a la pareja desde sus desfavorables orígenes hasta Washington, donde Dick Cheney se convirtió en una de las figuras más poderosas e influyentes de Estados Unidos.

Para Bale, Cheney era alguien que florecía sirviendo a alguien más, fuera Donald Rumsfeld o George W. Bush, pero que ante nada le debía a su esposa su lealtad. El filme plantea una dinámica de poder shakesperiana donde Lynne mueve los hilos tras bambalinas.

“Lynne fue la ambición y la fuerza impulsora”, dijo Bale. “Con los tiempos como estaban, Lynne no era capaz de lograr todas las metas que anhelaba lograr por sí misma. Necesitaba un hombre que lo hiciera y Dick se convirtió en el vehículo a través del cual ella logró sus propias ambiciones”.

Adams también se sintió fascinada por la ambición, el impulso y la inteligencia de su personaje, y se dio cuenta de que debía dejar de pensar en ella solo como la “esposa de Dick Cheney”.

“Mi hija me preguntó qué papel iba a interpretar y le dije, ‘voy a hacer de la esposa de Dick Cheney’. Y ella me dijo, ‘¿por qué siempre interpretas a una esposa o a una novia?’ Me di cuenta de que yo misma le había asignado una posición en relación con Dick Cheney y eso cambió el modo en que la veía”, contó Adams. “Dije, ‘¿sabes qué? No. Voy a interpretar a Lynne Cheney. Ella está casada con Dick Cheney. Es su esposa, pero tiene su propia identidad’”.

Ninguno de los actores llegó a conocer a los verdaderos protagonistas, a quienes representaron en la pantalla a través de cuatro décadas. Bale quería, pero le “advirtieron que no intentara hacerlo”.

“Es uno de esos acuerdos en los que te dicen que si te topas con ellos, bien, hablen todo lo que quieran, pero que si tú los buscas legalmente es diferente”, explicó.

De cualquier modo tuvieron muchas fuentes de ayuda, incluyendo relatos de personas que los conocieron e incontables videos y entrevistas disponibles en internet. Bale dijo riendo que su teléfono todavía estaba lleno de clips y fotos de Cheney, que guardaba junto con los de su esposa y sus hijos.

“Todavía no he podido borrarlos”, dijo.

Aprender sobre Dick y Lynne Cheney era una cosa, pero Bale y Adams también tenían que parecerse a ellos físicamente. Para Bale, eso significó una transformación física importante que incluyó usar una dentadura postiza, subir unos 18 kilos (40 libras), agregarle “un par de pulgadas” a su cuello y pasar unas cuatro horas diarias en la sala de maquillaje.

“Me ayuda a meterme en el personaje, pero no me ayuda a vivir una vida larga. En serio. Voy a tener que dejar de hacer esto en algún momento”, dijo Bale.

El actor solía reírse de quienes optaban por usar trajes de gordo en lugar de hacer el trabajo, hasta que se enteró de que Gary Oldman lo había hecho para su elogiada transformación en Winston Churchill en “Darkest Hour”. Pero en ese momento ya había engordado más de 11 kilos (25 libras) y decidió seguir adelante.

Adams, también, subió algo de peso.

“Lo encontré útil simplemente para la seriedad que Lynne tenía”, dijo Adams. “La sentía muy práctica”.

Una de las mayores dificultades para Adams fueron las largas sesiones de maquillaje.

“Un día estaba tan cansada, sentí que estaba en un bote y estaba ahí sentada y estábamos trabajando hasta tarde de noche y dije, ‘no sé cómo lo haces, Christian, realmente te admiro tanto’, y él simplemente me dijo, ‘yo no pienso en eso’”, dijo. “Fue exactamente lo que necesitaba oír en ese momento”.

Aunque la película es política, Bale y Adams prefieren abstenerse de comentar o juzgar a sus personajes y sus políticas.

“No abordé esto con mis propias opiniones. Por lo general no me meto en ningún personaje juzgándolo”, dijo Adams. “Eso me dificulta crear el personaje”.

Bale agregó: “Si nos ves en la pantalla conociendo la postura política de Amy sobre lo que Lynne está diciendo y mi opinión y cuánto estoy de acuerdo o en desacuerdo... realmente eso arruina toda la idea”.

Y quizás la historia es más complicada que los diálogos de sus personajes. Bale dijo que si retiras las “cosas enormemente espantosas”, como la Guerra de Irak y las técnicas de interrogatorio mejoradas, “en cierto modo te queda una historia de amor”.

“Tienes a este hombre increíblemente devoto que reconoce que no sería la persona en la que se ha convertido de no ser por su esposa. Tienes a un hombre que contrario a los tiempos y lo que era popular con su partido, sin ninguna duda aceptó a su hija Mary cuando ésta salió del armario. A él no le importó un bledo lo que nadie pensara. Pero también pienso que eso es en gran parte lo que hace esta historia, y cualquier otra, interesante”, dijo Bale. “Existe este deseo de hacer de todo el mundo un superhéroe, ser completamente villano o completamente héroe, y nadie lo es”.