Marzo 15 de 1524: Expide el Cabildo Metropolitano, reunido en la casa de Hernán Cortés en Coyoacán, su primera Ordenanza para regular el trabajo de los herreros. Como en aquellos años los metales eran los únicos valores económicos que se reconocían universalmente, quienes los trabajaban y se les reconocía su oficio eran personajes muy importantes. De la Península llegaron acompañando a los conquistadores, Bartolomé González, Francisco Gutiérrez, Juan García y un par más de artesanos de la herrería que se disputaban el honor de trabajar los mejores metales. Las autoridades de la Nueva España querían, por tanto, organizar a los diferentes gremios de artesanos europeos, pues sabían que, además de su importancia, harían escuela entre los criollos y hasta entre los naturales. Sin embargo, las ordenanzas debían ser aprobadas por el Cabildo Metropolitano, aunque sabían que no tendrían fuerza para ser obligatorias si no eran promulgadas y ratificadas por el Virrey. El problema era que en esos momentos aún no se había nombrado al primer Virrey, y en consecuencia Hernán Cortés era la máxima autoridad española en la Nueva España. Y todo fue que pudieran organizar a los herreros, cuando inmediatamente se inició el mismo proceso para otros oficios importantes, como los panaderos, los albañiles, los carpinteros y todos aquellos artesanos que llegaron de la península ibérica. Este proceso de agremiar a los trabajadores es el antecedente más antiguo del sindicalismo en América, y nadie imaginaba que con el tiempo, esos gremios serían muy poderosos.