04/May/2024
Editoriales

Se llevaban fuerte

 

Todos conocemos a personas que acostumbran bromear con sus amigos en forma divertida pero atrevida, por decir lo menos. 

Algunos jefes acostumbran bromear fuerte con sus subalternos, y no son pocos los casos en que esa relación termina mal, pues al final, el jefe casi siempre se molesta cuando las personas que dependen de él le hacen bromas pesadas en las que él sale perdiendo.

Sin embargo, hay como en todo, excepciones, de jefes que aguantan bromas pesadas y hasta las festejan a pesar de no salir bien librados de ellas.

Tal es el caso del rey Federico II de Prusia (1712 – 1786) quien permitía que sus cortesanos bromearan fuerte con él, incluso les perdonaba que se rieran a sus espaldas de sus fallas. Aunque siempre hay alguien que se pasa, como era su amigo el general Quintus Ilicitus, quien se pasaba de la raya. 

Uno de sus más célebres sarcasmos fua cuando, antes de la batalla de Rossbach (1757), dijo el rey en un discurso formal que si la perdía se retiraría a Venecia para allí ejercer la medicina.

Al escucharlo, Quintus reaccionó instantáneamente diciendo en voz baja pero lo escucharon sus cercanos que luego lo festejaron:

_Siempre asesino…