Internacional

Los Medios amplían repercusión de asesinatos

Desde el apuñalamiento de Julio César en la antigua Roma, el asesinato ha formado parte de la vida política en todo el mundo, pero cuando el asesinato de un político es captado por la televisión _o por el celular de un ciudadano que luego lo divulga a través de las redes sociales_ el impacto se magnifica, un hecho que repercute durante generaciones.

El reciente intento de asesinato a puñaladas del candidato presidencial brasileño Jair Bolsonaro en un acto de campaña refleja atentados anteriores que han sacudido a los votantes, creado mártires y dejado una mancha de sangre en la historia. Bolsonaro sufrió daños intestinales y hemorragias internas graves que previsiblemente lo mantendrán en el hospital durante varios días.

A continuación, un vistazo a varios atentados recientes a figuras políticas relevantes:

COLOMBIA

El militante anticorrupción Luis Carlos Galán fue el primero de tres candidatos asesinados durante la elección presidencial de 1990 que se desarrolló con el trasfondo de un baño de sangre provocado por el narco. Los sicarios lo mataron a tiros en un acto cerca de Bogotá.

César Gaviria fue proyectado al centro de la escena nacional durante el funeral televisado de Galán cuando un hijo adolescente dijo que podría ser el sucesor de su padre. Nueve meses después, Gaviria llegó a la presidencia. Durante su cuatrienio acentuó la represión del narco con la cooperación de Estados Unidos y provocó la caída del tristemente célebre capo Pablo Escobar, quien probablemente dio la orden de matar a Galán.

MÉXICO

En 1994 los mexicanos observaron con estupor cómo le dispararon a quemarropa y en la cabeza al candidato presidencial Luis Donaldo Colosio luego de un acto proselitista en Tijuana. Colosio era el ganador seguro, pero de alguna manera su asesinato brutal allanó el camino hacia una era de mayor democracia en México.

Después de la muerte de Colosio, el Partido Revolucionario Institucional, que monopolizó el poder durante siete décadas, tuvo problemas para encontrar un reemplazante en medio de las disputas internas y la prohibición de contender a cualquiera que hubiera ejercido un cargo público durante los seis meses anteriores. Finalmente optaron por Ernesto Zedillo, un tecnócrata formado en Estados Unidos y funcionario de campaña de Colosio. Zedillo supervisó reformas electorales que dieron lugar a una democracia más competitiva y dieron a los partidos opositores la posibilidad de ganar gobernaciones y la misma presidencia.

PAKISTÁN

El asesinato de Benazir Bhutto durante un acto de campaña en 2007, cuando aspiraba a su tercer período como primera ministra de Pakistán, provocó semanas de violencia mortífera en el país musulmán. Bhutto fue asesinada semanas después de regresar a Pakistán desde el exilio. Su muerte dio a la autotitulada “hija de Pakistán” una aureola de mártir. Su esposo, Asif Ali Zardari, fue elegido y provocó la renuncia del gobernante militar Pervez Musharraf.

EGIPTO

El presidente egipcio Anwar Sadat asistía a un desfile militar en 1981 cuando en cuestión de segundos, durante un sobrevuelo de aviones militares, un grupo de soldados se encaramaron en un cañón de artillería y abrieron fuego sobre el palco donde el emblemático representante del nacionalismo árabe estaba rodeado de dignatarios extranjeros. Las escenas alucinantes del asesinato, una represalia por haber firmado la paz con Israel, llegaron al mundo. También fueron una de las primeras victorias propagandísticas de los extremistas islámicos que se habían infiltrado en las fuerzas armadas para cumplir la orden de un clérigo de matar a Sadat

ISRAEL

El asesinato en 1995 del primer ministro Yitzhak Rabin a manos de un extremista religioso judío dio lugar a las divisiones enconadas entre liberales y conservadores que se prolongan hasta la actualidad. Rabin caminaba hacia su auto luego de un acto nocturno por la paz en Jerusalén cuando un estudiante de abogacía de extrema derecha le disparó. La escena de un judío matando a otro traumatizó a Israel y recorrió el mundo.

En días anteriores al asesinato, el actual primer ministro Benjamin Netanyahu había encabezado actos multitudinarios contra los acuerdos de Oslo en los que calificó a Rabin de traidor.

A pesar de las críticas a su retórica incendiaria, Netanyahu ganó por estrecho margen las elecciones posteriores a la muerte de Rabin y demoró la aplicación de los acuerdos. El expresidente estadounidense Bill Clinton y otras figuras políticas destacadas creen que si Rabin hubiera vivido, la paz entre Israel y los palestinos habría sido una realidad.

ESTADOS UNIDOS

Durante una época en la década de 1960, la sociedad estadounidense parecía desquiciada por la violencia política, con los asesinatos del presidente John Kennedy, su hermano Robert y el dirigente por los derechos civiles Martin Luther King. Las escenas de la lenta marcha de la caravana de Kennedy por las calles de Dallas quedaron impresas en la mente de toda una generación y dieron lugar a abundantes teorías conspirativas.

Semejante trastorno dejó una huella profunda en la psiquis política estadounidense. Después de los asesinatos de King y Robert Kennedy en 1968, los disturbios raciales remecieron muchas ciudades, las protestas contra la guerra de Vietnam se volvieron violentas y algunos extremistas de izquierda decidieron descartar la protesta pacífica para pasar a lo que llamaron la “resistencia” armada, pero la transmisión del funeral de King provocó más dolor que violencia y se aprobó una ley de vivienda que había sido objeto de divisiones enconadas.

Desde entonces, el Servicio Secreto ha debido proteger a casi todos los presidentes de amenazas o intentos de asesinato, pero la fuerza y serenidad exhibidas por Ronald Reagan luego de ser herido a tiros al salir del hotel Washington Hilton _se hizo célebre la escena en la que camina sonriendo hacia su auto_ cimentaron al inicio de su presidencia su fama de hombre firme y sereno bajo fuego.