02/May/2024
Editoriales

El maltrato a la Mujer

Ayer 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la mujer y en nuestra Ciudad hubo la multitudinaria marcha anual de mujeres que se ha venido convirtiendo año tras año en una pesadilla para el gobierno del estado, pues ya se volvió costumbre culminarla grafiteando comercios y quemando las puertas de madera labrada del Palacio de Gobierno. 

Estos actos semi terroristas en nada ayudan a las exigencias reivindicatorias de las mujeres, pues el daño al patrimonio histórico y cultural es contra todos y la empatía que se siente por ellas disminuye, aunque las responsables sean sólo unas cuantas. 

Pero por otra parte, debemos comprender la frustración y el coraje de quienes sufren crímenes, agresiones, injusticias y desigualdades contra sus hijas, hermanas, o amigas, y esos sentimientos los desahogan en esa forma. 

Los abominables feminicidios siguen creciendo y muchos de ellos quedan impunes, por lo que -con razón- exigen un ¡basta!.    

Porque cómo es posible que se respete más a las hembras de los animales pues hay conciencia de que de ellas depende la propagación de la especie.

En el aspecto cinegético se protege de la caza a las hembras de venados, elefantes y otras especies por ser las encargadas de procrear, pues cada hembra es valiosa en el proceso reproductivo.

Bajo los conceptos más deshumanizantes de la doctrina del marxismo-maoísmo se recomendaba preservar la vida de las mujeres en edad reproductiva, pues ‘son las madres de la nación’. En una visión casi criminal Mao recomendaba que en caso de necesidad o hambruna había que dejar morir primero a los ancianos (por caducos) luego a las mujeres en edad no reproductivas (por ser ya inútiles),  luego a los niños varones (por improductivos) después a los varones adultos y, finalmente, daba el más alto valor a las mujeres en edad reproductiva y a las niñas que alguna vez podrían tener hijos.

Estos crueles conceptos no permearon a la generación china que entre los años 60 y 80 del siglo XX abortaron o asesinaban a niñas por considerarlas ‘costosas’ pues debían mantenerlas hasta que se casaran y luego pagar la dote; mientras que los varones eran considerados futura mano de obra, para los padres chinos.

Hoy los conceptos han cambiado en el mundo y se reconoce el valor de las mujeres y las niñas por su aporte intelectual y económico a la vida de los países, pasando a un segundo término su valor reproductivo.

Ahora el trabajo de las mujeres es importante para el PIB de las naciones. En países con mayor equidad -Noruega, Reino Unido- llegan a aportar el 40% del PIB, y aún en sociedades altamente discriminatorias como el Sudeste Asiático aportan el 22%. 

Si se llegara a la equidad total en el planeta, se calcula que el PIB mundial aumentaría 120 mmdd anuales, dinero suficiente para acabar con la pobreza global. 

Por humanidad, por amor y hasta por conveniencia, debemos erradicar el mal trato a nuestras mujeres. ¡Hagámoslo!