18/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 14 de 1811: Llega al puerto de San Blas, desviada de Acapulco, la última Nao de China, llamada también por el pueblo, Galeón de Manila. Se trataba de dos embarcaciones que viajaban desde el siglo XVI una vez al año desde Manila, Filipinas hasta Acapulco, llevando 300 toneladas de mercancías de importación. Se desvió porque los grupos de insurgentes asediaban en esos días al puerto de Acapulco, que siempre se ha considerado una plaza importante desde el punto de vista militar, comercial y turístico, tomándose la decisión de no arriesgar tan valiosa carga. Una parte de las mercancías importadas de Filipinas se quedaba en Nueva España y otra se trasladaba por tierra hasta Veracruz para embarcarse hasta España.

De regreso era más o menos lo mismo, esto es, de Europa –normalmente de Sevilla, España- llegaban mercancías que viajarían hasta Manila e incluso algunas iban a otras regiones asiáticas. De Nueva España la Nao de China llevaba plata y traía básicamente especias, sedas e incluso cerámica china. Además, traía de oriente arroz, tamarindo, y caña. Fue con estas visitas que Acapulco se hizo famoso en el mundo, pues los marinos llegaban hablando maravillas de este puerto que siempre tiene temperatura tibia, sin embargo, por lo mismo se necesitó construir fortificaciones militares porque había una gran cantidad de piratas que buscaban la forma de tomar el codiciado puerto mexicano. Filipinas era parte de la Nueva España, por lo que el comercio entre esta región oriental y nuestro país era obligado pues se trataba de una orden real. Las mercancías se encarecían por el costo que representaban los navíos guerreros que debían escoltar a las mercancías, además, su alto precio influyó para que floreciera el contrabando entre los guardianes de la Nao de China.