Internacional

Fundador de Blackwater propone a EEUU privatizar la guerra en Afganistán

El plan de Prince para Afganistán contempla nombrar un todopoderoso "virrey" estadounidense, que reportaría únicamente al mandatario y tendría un papel similar al del general Douglas MacArthur en Japón tras la II Guerra Mundial

Washington  - Casi 16 años después de entrar en Afganistán, una figura del pasado ronda Washington con un plan para poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos.

Erik Prince, fundador de la empresa de seguridad privada Blackwater, está de vuelta a la escena pública mientras el presidente Donald Trump se pregunta qué hacer con un conflicto que atormentó a sus dos predecesores en la Casa Blanca.

Ni George W. Bush ni Barack Obama encontraron una solución para este país, bautizado como "el cementerio de los imperios". Por eso Trump también busca una estrategia.

El plan de Prince para Afganistán contempla nombrar un todopoderoso "virrey" estadounidense, que reportaría únicamente al mandatario y tendría un papel similar al del general Douglas MacArthur en Japón tras la II Guerra Mundial.

Las tropas estadounidenses, más allá de un puñado de fuerzas especiales, serían reemplazadas por un ejército privado de unos 5.500 contratistas, que entrenarían a soldados afganos y se unirían a ellos en la lucha contra los talibanes, y estarían respaldados por una fuerza aérea de 90 aviones.

Y todo por menos de 10.000 millones de dólares al año, frente a los 45.000 millones que se espera Estados Unidos gaste en 2017 en su presencia militar en Afganistán.

Prince --un exintegrante de las fuerzas de operaciones especiales de la Marina estadounidense de 48 años-- ha mantenido un perfil bajo desde la venta de Blackwater en 2010, tres años después de que algunos de sus empleados contratados para proteger a diplomáticos estadounidenses mataran a 14 civiles iraquíes desarmados en Bagdad e hirieran a otros 17.

En mayo esbozó su propuesta en un artículo en The Wall Street Journal. Desde entonces, el actual director de Frontier Services Group, una compañía de seguridad con sede en Hong Kong, se ha reunido con funcionarios estadounidenses y ha aparecido en televisión promoviendo su plan.

Asegura que el asesor estratégico de Trump, Steve Bannon, y algunos miembros del Congreso se han mostrado receptivos con su idea, pero el Pentágono no.

- "Quedé a cargo de un desastre" -

Trump ordenó, tras tomar posesión, una revisión estratégica de la situación en Afganistán, donde unos 8.400 soldados estadounidenses y 5.000 soldados de la OTAN ayudan a las fuerzas de seguridad afganas a luchar contra los talibanes.

El jueves dijo que pronto revelará cómo proceder en esta guerra, que comenzó poco después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y en la que han muerto 2.000 soldados estadounidenses.

"Estamos muy cerca, es una decisión muy importante para mí. Quedé a cargo de un desastre y lo vamos a mejorar", afirmó el mandatario. Su secretario de Defensa, Jim Mattis, se inclina por aumentar las fuerzas estadounidenses destacadas en unos 4.000 soldados.

Prince señaló a la cadena de televisión CNN que no se ha reunido con Trump para discutir su plan y reconoció que ni el asesor de Seguridad Nacional, H.R. McMaster, ni Mattis están interesados en la propuesta.

"Yo diría que a McMaster no le gusta esta idea porque es un general de tres estrellas convencional y está aferrado a la idea de que el Ejército de Estados Unidos va a resolver esto", opinó.

- "Mala novela de mercenarios" -

McMaster y Mattis no son los únicos escépticos.

"Es algo que saldría de una mala novela de mercenarios", explicó el senador republicano Lindsey Graham a The Washington Post. "Confío en nuestros generales. No confío en que contratados privados tomen nuestras decisiones sobre política de seguridad nacional".

Sean McFate, excontrista militar en África y autor del libro sobre la industria de la seguridad privada "The Modern Mercenary", describió la propuesta de Prince como "sumamente peligrosa y tonta".

"No ha habido ninguna discusión sobre supervisión, regulación, seguridad, responsabilidad, control", declaró McFate a la AFP.

Los contratistas privados, contó, se verían inevitablemente involucrados en eventos como el asesinato en septiembre de 2007 de civiles iraquíes por parte de empleados de Blackwater en Bagdad.

"La primera vez que haya una masacre vamos a tener que ir allí con el Cuerpo de Marines y rescatarlos", aseguró.

Stephen Biddle, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad George Washington, subrayó que el plan de Prince es "bastante espantoso", pero no le sorprende que esté siendo escuchado en una Casa Blanca que busca un nuevo enfoque.

"El presidente no está muy contento con las opciones que tiene y está predispuesto a que le gusten cosas nuevas", dijo Biddle a la AFP. "Y a los republicanos en general les gusta la privatización".

"Pero no todas las nuevas ideas son buenas ideas", añadió.