Editoriales

Febrero 11 de 1828: el bergantín mexicano “Guerrero” se enfrenta en combate a la fragata española “Lealtad” en el Golfo de México

Febrero 11 de 1828: el bergantín mexicano “Guerrero” se enfrenta en combate a la fragata española “Lealtad” en el Golfo de México. La embarcación mexicana es capturada y llevada a La Habana, Cuba, en donde es rebautizada para llamarle “El cautivo” y nunca se recupera.

El día 1 de febrero anterior, “Guerrero” al mando del capitán David Henry Porter, había abatido al bergantín español Marte y a la goleta española Amelia, que custodiaban una flota de 25 barcos que hubieron de refugiarse en el litoral cubano. Este acontecimiento que hoy recordamos, cierra el capítulo de enfrentamientos marítimos entre buques mexicanos y españoles.

Pero el ambiente político que privaba en México era desastroso pues precisamente el día 7 de enero anterior había iniciado una nueva rebelión en Veracruz el general Miguel Barragán apoyando el Plan de Montaño, pero a los primeros enfrentamientos con el ejército del presidente Guadalupe Victoria, Barragán –reconociendo su inferioridad militar- se refugia en la Hacienda Manga de Clavo, propiedad del general Santa Anna. Antes, en febrero, el general Manuel Mier y Terán había ido a Texas al frente de la comisión de límites fronterizos para el trazo de la línea que limitaba el territorio mexicano, de acuerdo con el Tratado Adams – Onís de 1819, y en su recorrido por ese nórdico estado mexicano, advierte que la proporción de extranjeros y mexicanos ya es de nueve a uno, y además que esos extranjeros querían separar a Texas de Coahuila, pues ambos formaban el estado de Coahuila y Texas. Así que España, enterada del desastre político que privaba en México, con revueltas militares y ambiciones políticas desatadas que amenazaban con una ingobernabilidad absoluta, comienza planear cómo reconquistar a México, país que había conseguido su independencia en 1821 pero que en 1825 había tenido que recuperar a sangre y fuego el fuerte de San Juan de Ulúa pues eran españoles los que habían controlado esa estratégica posición veracruzana. Al año siguiente, en 1829, llegaría a nuestro país la expedición española con Isidro Barradas al frente con la intención de reconquistar lo que había sido La Nueva España y a partir de ahí, lanzarse a rescatar sus antiguos dominios en toda América.

Desde luego que fracasó España, pues el 11 de septiembre de 1829, el general Antonio López de Santa Anna los derrotó. Nuestra historia de ese siglo es rica en aconteceres, pero lamentable pobre desde el punto de vista nacionalista, pues se perdió mucho tiempo, dinero, esfuerzo y sobre todo, muchas vidas en busca de las definiciones políticas. En estos tiempos de siglo XXI en que hemos avanzado tanto, no podemos darnos el lujo de permitir que regrese ese ambiente de inquietudes políticas apasionadas que no llevan más que a arrebatarnos la paz y a mermar la boca bajeada economía que tenemos. Las elecciones del día 1º de julio de este año serán una prueba de fuego que debemos superar para que quien emerja con el triunfo electoral sea respetado por sus adversarios, y el proceso de litigio electoral no tome otros caminos de peligrosidad, pues nuestro México merece tener la oportunidad de reiniciar su vida democrática en paz para renovar su fe en el futuro.