04/May/2024
Editoriales

El viejo y el mar: Ernest Hemingway

Se cumple un año más de la muerte del premio Pulitzer en 1953 por su libro “ El viejo y el mar” y un año después recibió el Premio Nobel de Literatura por su obra escrita,  que comprende una serie de libros que pasaron a ser grandes novelas de la literatura universal, sólo por mencionar algunas; “Fiesta (1926), “Adiós a las armas” (1929), “Muerte en la tarde” (1932), “Tener y no tener”(1937), “Por quien doblan las campanas” (1940), y “Paris era una fiesta” (1964). Sólo algunas de sus obras del que fue uno de los principales novelistas del siglo XX.

 Muchas cuartillas se escribirían de este gran personaje del que supe mucho de él en Cuba, donde decidió vivir más de 25 años y dejó honda huella entre todos los cubanos. Vivió un tiempo en el Hotel Ambos Mundos, donde todavía se conserva su habitación, allí escribió múltiples novelas. A mediodía, dejaba de escribir y se dirigía al “Floridita”  en las calles de Obispo y Monserrate, un bar de postín, donde le preparaban un “daiquiri”, bebida que le gustaba y aprovechaba para platicar con los cubanos que asistían diariamente,  todavía se conserva el bar, y en el lugar donde se sentaba, han  hecho una estatua como si estuviera en la barra tomando su bebida preferida.

 Amante de la pesca, pronto encontró un lugar a 15 kilómetros del centro de la Habana, en el poblado de San Francisco de Paula, en una colina llamada “Vigía”  donde mandó hacer una casa que llamó “Villa Vigía” cerca del mar, donde atracó un barco que había comprado en Florida llamado “Pilar” y cuyo encargado era  Gregorio Fuentes ( Santiago) y escribe su obra cumbre , “El viejo y el mar”.

 El protagonista Santiago (Gregorio Fuentes) fue un español nacido en Islas Canarias que vivió 104 años y murió en 2002. Hemingway le heredó el barco “Pilar” y éste lo donó al pueblo de Cuba y  se exhibe en Villa Vigía. También Hemingway donó la medalla del Premio Nobel a la Virgen de la Caridad del Cobre en Cuba.

 Una de las frases de “El viejo y el mar”, “ el hombre no está hecho para la derrota, un hombre puede ser destruido pero no derrotado”. Vivió todos los libros que escribió como “Adiós a las armas”, autobiografía de la Primera Guerra Mundial que narra el amor entre una enfermera y un soldado. “ Por quien doblan las campanas”, publicada en 1940 , cuyo autor  Hemingway, participó en la guerra civil española como corresponsal, siendo testigo de todos los acontecimientos durante la guerra. Fue amante de España y su cultura, asistía a la feria de Pamplona anualmente.

 En sus últimos años, sufrió depresión y paranoia. Falleció en Ketchum (Idaho) un día como hoy, 2 de julio de 1961, al suicidarse, tras dispararse en la boca con una escopeta a los 61 años de edad. Había nacido el 21 de julio de 1899 en Oak Park, Chicago Illinois. Recordarlo es un acto de justicia y releerlo es el mejor homenaje que podemos tributarle al gran maestro que tantas lecciones dio y que sólo perdió su última batalla.