Espectáculos

Ana Martín asegura que la verdad y el respeto sostienen una carrera

México- Con 59 años de trabajo escénico en cine, teatro y televisión, Ana Martín es hoy día una de las actrices más reconocidas en México. Hija del comediante Jesús Martínez “Palillo”, Ana Martin ha construido su carrera con base en los valores de verdad y respeto al público que le inculcó su padre, lo que le ha generado constantes homenajes de parte de seguidores en redes sociales, a quienes cariñosamente llama “Gotitas de miel”.

Ana Martín llega a 74 años este 14 de mayo, guardada en casa ante la cuarentena por COVID-19, no asoma ni la nariz a la calle, y guarda la ilusión de pronto salir; dice que para festejar su día conversará por teléfono con sus amistades, pues reconoce que no hay mucho que hacer, aunque las redes sociales le resultan un gran aliciente en estos momentos, pues desde su debut en ellas, el 15 de diciembre de 2019, sus seguidores jóvenes no han parado de impresionarla.

“Estoy agradecidísima de que las personas y las que menos me imaginé, porque para mí esto de las redes sociales es una gran sorpresa, me han hecho tan feliz y me han hecho llorar de felicidad. Nunca me imaginé que, a este grado, los jóvenes me adoptaran y me vieran, estoy impactada, imagínate el gran regalo que he recibido en estos momentos”, plática la actriz vía telefónica con Notimex.

“No solo económicamente, sino emocionalmente. ¿Con que pagó todo lo bonito que me han puesto en las redes sociales? En estos momentos que llevó un mes y tres semanas encerrada. No hay con qué pagarlo”, explica la protagonista de melodramas, que hoy son grandes clásicos de la televisión, como El pecado de Oyuki, Gabriel y Gabriela y La pasión de Isabela, quien profundiza que su gran pasión en la vida, es su carrera.

Aunque el encierro podría ser la oportunidad para aprovechar y disfrutar de las retrasmisiones de su trabajo en la televisión, la actriz es directa al mencionar que jamás ha visto su trabajo en pantalla, pues es parte de la disciplina que tiene, que consiste en dejarse llevar por su director y por su propia elección de personajes, y sostiene que es el público quien tiene la opinión sobre el trabajo que realiza.

Una carrera donde todo es blanco o negro

Con destacadas participaciones en cintas como Acapulco a go-gó (1967), del director Arturo Martínez, y El lugar sin límites (1977), dirigida por Arturo Ripstein, Ana Martín ha hecho una clara diferencia entre actuar y vivir un personaje, una enseñanza que obtuvo del director José Estada, su gran amigo, con quien trabajó en títulos como Siempre hay una primera vez, de 1971, y El profeta de Mimí, de 1973.

“Me tocó un director, que fue uno de los más grandes directores de cine, José Estrada, y él me metió esto de que hay que vivir los personajes y no actuarlos, no es fácil, me llevo tiempo. Se logra con disciplina, amo mi carrera y a mis personajes, a todos los he amado; me han tocado muy buenos directores, buenos libretos y he tenido mucha buena suerte en mi carrera, interpretando personajes desde los 17 años, hasta los 73 que llevo de edad”.

Al preguntarle sobre cuál es el momento que más la ha impresionado en su carrera, la actriz pone sobre la mesa que todos los días le sorprende algo, y tanto en la vida como en su trayectoria, todo es blanco o negro, nunca gris, y precisa que las grandes lecciones vinieron de su padre, de quien recuerda; “Si te vas a dedicar a esto, siempre dile la verdad al público, porque el público es el que te va a tener hasta que ellos quieran”.

Ana Martín recuerda esas palabras porque considera que su padre fue uno de los cómicos políticos más importantes que ha tenido México, alguien que jamás le mintió al púbico “Y ‘Palillo’, fue ‘Palillo’”, recalca, seguido que responde sobre cuál es el papel que tuvo su familia, a quienes recuerda con fotografías en redes sociales, en su carrera como actriz.

“Es que no es nada más en los artistas, es en todo ser humano y lo que ha sido tu familia, bien, mal, regular, siempre te dejan marcado. Para mí fueron bien importantes en mi vida, porque dejan marcadas ciertas cosas, con el tiempo dices ‘¡Ay ¿por qué hice esto? o ¿por qué pasa esto?’, y es por el cómo te dejó marcada tu familia. Lo único es que tienes que salir adelante, con disciplina”.

El momento que vive una actriz a casi seis décadas de trayectoria

En una industria donde las historias son protagonizadas por jóvenes y que, paulatinamente, ha visto en sus actores adultos la oportunidad de encabezar elencos, Ana Martín, quien recientemente formó parte del reparto de la serie Los pecados de Bárbara, se reconoce como actriz adulta, un momento en el que le toca representar a personas mayores y se dice encantada de poder compartir proyectos con jóvenes.

“Estoy fascinada porque cuando inicié mi carrera me tocó trabajar con los Soler, con Ofelia Guilmaín, Sara García y María Prudencia Griffel, y para mí fueron grandes ejemplos de trabajo, entrega, disciplina, verdad y entrega a sus personajes. Algún día tenía que llegar a esa edad y ya estoy llegando. Lo que me hace feliz, es que el público me acepte, pero me hace feliz que también sean los jovencitos”.

La actriz refiere que a los jóvenes hay que apoyarlos y protegerlos, y sabe que ahora tienen que tomar su lugar, pues además ha tenido la oportunidad de trabajar con actores y actrices que hoy son grandes figuras en la interpretación de personajes y que han consolidado sus carreras a nivel internacional, como las Salma Hayek y Ana Brenda Contreras, o Eduardo Verástegui.

De Ana Brenda, recuerda la telenovela que hizo a su lado, La que no podía amar, en 2011, mientras que con Hayek recuerda que protagonizaron la cinta En el tiempo de las mariposas, del 2001,

“Ahora veo la gran carrera que esta muchacha tiene (Salma), ya es una mujer joven adulta, pero en ese entonces era una jovencita, se le veía el interés, el entusiasmo, el profesionalismo, las ganas y cuando trabajo con gente joven, me fascina.

“El mundo tiene que seguir, yo ya hice una carrera en el aspecto de jovencita, de dama joven, de protagonista, de cine, teatro y televisión, de todo; mi carrera, ¡imagínate!, a 58 años, de todas las edades, ya llego a una etapa de gente mayor, de las abuelitas y que de pronto lleguen más chicos, es padrísimo”, recalca la actriz, quien también ha participado melodramas como Destilando amor y Rubí, que constantemente son reprogramados en la televisión mexicana.

Recuerda su juventud, en un momento complicado para los jóvenes

Ana Martín, quien desde el inicio de la entrevista se dijo sorprendida por el vínculo que ha creado con los jóvenes, reflexiona que este es un momento complicado para ellos, y lo hace a partir de sus anécdotas; “Viví las discotecas, los reventones, las fiestas, los amigos, como todo joven, como tú. ¡Qué barbaridad! A esa edad yo nunca estuve encerrada, de trabajar me iba a la discoteca, o con mis amigos, y me iba al ‘Perro Andaluz’ y estaba con Pepe Estrada, con Julián Pastor y con Pepe Alonso”.

La actriz considera que una vez que el confinamiento termine, vienen momentos brutales para el mundo y los jóvenes, y en contraste, resalta que sus contemporáneos vivieron tiempos maravillosos y aunque nunca ha sido una actriz que hable de su vida personal destaca que, con el tiempo, le han quedado pocos amigos, y ha vivido la tristeza de perder a figuras entrañables como Óscar Chávez y ahora vivir la preocupación por la salud del cantante Yoshio.

“Me dolió mucho lo de Oscar Chávez, porque fue una persona que conocí muchísimo y lo traté mucho en la época del Perro Andaluz, con todo el grupo y el gremio que éramos de ese lugar, que nos sentábamos a platicar y luego íbamos a los Estudios América, lo veía mucho allí, sacaba su guitarra y cantaba”, recuerda la actriz.

El agradecimiento para sus “Gotitas de miel”

Ana Martín llama a sus seguidores en redes sociales con el nombre de “Gotitas de miel”, en honor a la forma en que uno de sus personajes, nombraba a otro, es por eso que al finalizar la entrevista deja un claro mensaje para ellos, en el que destaca que, pese a tener varios premios que la reconocen como actriz, la respuesta en redes sociales y el reconocimiento, son el mejor homenaje que puede recibir a su carrera.

“Ha sido el mejor homenaje de toda mi carrera, el agradecimiento a esta edad y todo lo que han hecho y puesto, no puedo creerlo, me han hecho la más feliz del mundo. El que haya valido mi carrera, los desvelos, el preparar un personaje, el estar nerviosa para que salga mejor, estudiarlo y nunca parar, porque mi pasión ha sido mi carrera: se los agradezco en el alma y ahora en la cuarentena, me han hecho profundamente feliz”, finaliza.