25/Apr/2024
Editoriales

Septiembre 29 de 1934: se inaugura el Teatro de bellas Artes, emblemático edificio que embellece el centro histórico de la ciudad de México.

Septiembre 29 de 1934: se inaugura el Teatro de bellas Artes, emblemático edificio que embellece el centro histórico de la ciudad de México. Al demolerse el Teatro Nacional de México, habí­a un faltante en la sociedad mexicana, así­ que en 1904 el presidente Porfirio Dí­az le encargó el proyecto al arquitecto Adamo Boari, un italiano de renombre, con el encargo de que deberí­a estar listo en 1910, para conmemorar el primer centenario del inicio de la independencia nacional.

Esto no fue posible (terminar la obra) por dos causas, la segunda es que Porfirio Dí­az renunció para irse a Francia, y la primera es el origen de la renuncia: llegó la revolución mexicana. El arquitecto Boari querí­a que todo el edificio del teatro fuera de Mármol de carrara, sin embargo, sobre la marcha, húbose de adecuar el plan, pues la revolución impedí­a importar productos y para que no pasara a ser otro motivo para la burla popular, el arquitecto decidió utilizar mármol de tierras tamaulipecas.

Todos esos conceptos quedaron chicos ante la elaboración del impresionante telón de cristal que fue mandado a elaborar nada menos que a la casa neoyorquina Tiffany´s cuyas dimensiones son de 14 metros de largo por 12.5 metros de altura, y un espesor de 32 centí­metros.

El edificio además de hermoso es amplio, contiene espacios para: la compañí­a Nacional de í“pera y el Ballet folclórico, el Museo de Bellas Artes, y diversas salas donde se puede celebrar reuniones y estudios relativos a la cultura mexicana. Una fotografí­a donde aparezca el Teatro de Bellas Artes, es toda una tarjeta postal, pues su belleza sobresale de entre otras edificaciones hechas con la mentalidad de que sean sólo la sede de las instituciones oficiales o privadas, aunque hay diseños hechos por simple negocio para los inversionistas.

Bellas Artes es una edificación pesada y como se desplanta en arcillas expansivas, se va hundiendo a razón de varios centí­metros al año, lo que le da un halo de misterio por si algo de atractivo le faltara. Por último es importante señalar que este palacio tiene en sus paredes obra pictórica de los mejores muralistas nacionales como Rivera, Orozco, Siqueiros, Tamayo y otros. Sin lugar a dudas, en el Palacio de las Bellas Artes, los mexicanos tenemos una de las más hermosas y valiosas obras de arquitectura.