Utilizando memes cubiertos de banderas y terminología militar , la administración Trump y sus contrapartes chinas han lanzado la investigación sobre el coronavirus como imperativos nacionales , lo que provocó conversaciones sobre una carrera armamentista biotecnológica .

 Los científicos del mundo, en su mayor parte, han respondido con una mirada colectiva.

 "Absolutamente ridículo", dijo Jonathan Heeney, un investigador de la Universidad de Cambridge que trabaja en una vacuna contra el coronavirus.

 "No es así como suceden las cosas", dijo Adrian Hill, director del Instituto Jenner de Oxford, uno de los mayores centros de investigación de vacunas en una institución académica.

 Mientras que los líderes políticos han cerrado sus fronteras, los científicos han estado rompiendo las suyas, creando una colaboración global como ninguna en la historia. Nunca antes, dicen los investigadores, tantos expertos en tantos países se concentraron simultáneamente en un solo tema y con tanta urgencia. Casi todas las demás investigaciones se han detenido.

 Los imperativos normales como el crédito académico se han dejado de lado. Los repositorios en línea hacen que los estudios estén disponibles meses antes de las revistas. Los investigadores han identificado y compartido cientos de secuencias del genoma viral. Se han lanzado más de 200 ensayos clínicos que reúnen a hospitales y laboratorios de todo el mundo.

 "Nunca escucho a los científicos, verdaderos científicos, científicos de buena calidad, hablar en términos de nacionalidad", dijo el Dr. Francesco Perrone, quien lidera un ensayo clínico de coronavirus en Italia. “Mi nación, tu nación. Mi idioma, tu idioma. Mi ubicación geográfica, tu ubicación geográfica. Esto es algo muy distante de los verdaderos científicos de alto nivel ".

 En una mañana reciente, por ejemplo, los científicos de la Universidad de Pittsburgh descubrieron que un hurón expuesto a partículas de Covid-19 había desarrollado una fiebre alta, un avance potencial hacia las pruebas de vacunas en animales. En circunstancias normales, habrían comenzado a trabajar en un artículo de revista académica.

 "¿Pero sabes qué? Habrá tiempo de sobra para publicar artículos ”, dijo Paul Duprex, un virólogo que dirige la investigación de vacunas de la universidad. En dos horas, dijo, había compartido los hallazgos con científicos de todo el mundo en una conferencia telefónica de la Organización Mundial de la Salud. "Es muy bueno, ¿verdad? Cortas la basura, por falta de una palabra mejor, y puedes ser parte de una empresa global ”.

Para el Sr. Trump, el descaradamente presidente "America First", el Dr. Duprex y otros científicos estadounidenses representan la mejor esperanza del mundo para una vacuna. "¡Estados Unidos lo hará!" El presidente declaró .

Pero tratar de coser la etiqueta "Hecho en los Estados Unidos" en la investigación científica se complica.

 El laboratorio del Dr. Duprex en Pittsburgh está colaborando con el Instituto Pasteur en París y la compañía farmacéutica austriaca Themis Bioscience. El consorcio recibió fondos de la Coalición para la Innovación en la Preparación para Epidemias, una organización con sede en Noruega financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates y un grupo de gobiernos, y está en conversaciones con el Instituto del Suero de India, uno de los mayores fabricantes de vacunas en el mundo.

 Investigadores de vacunas en Oxford recientemente utilizaron resultados de pruebas en animales compartidos por el Laboratorio Rocky Mountain del Instituto Nacional de Salud de Montana.

Por separado, el centro de investigación de salud pública francés Inserm patrocina ensayos clínicos con cuatro medicamentos que pueden ayudar a tratar a los pacientes con Covid-19. Los ensayos están en marcha en Francia, con planes de expandirse rápidamente a otras naciones.