25/Apr/2024
Editoriales

Israel Cavazos, tiempo, vida e historia

Para los nuevoleoneses constituye un honor y un privilegio el tener como Cronista de Monterrey al maestro Israel Cavazos Garza, ser humano de gran calidad a quien se ha propuesto como candidato a Benemérito del Estado. Historiadores, Cronistas, hombres de empresa, personalidades de la cultura, el Cardenal de Monterrey y el Rabino, entre otros, nos sumamos en su momento a esta propuesta.

El Congreso del Estado, en una respuesta dirigida a la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografí­a y Estadí­stica, que nos tocó presidir en ese momento, reconoció en el maestro Cavazos Garza los méritos suficientes para ser declarado Benemérito. Sin embargo, sus integrantes hicieron una curiosa interpretación y señalaron que si en el Decreto aparece la palabra "memoria", eso significa que el candidato a tal distinción debe estar muerto para recibir ese reconocimiento.

Habrí­a que consultar a los académicos de la lengua para que ayuden a los Diputados a determinar si todo lo que se refiere a la memoria está muerto. Hasta las computadoras tienen una memoria viva que guarda millones de caracteres que cambian dí­a con dí­a.

La memoria no es muerte. La memoria es vida, ayer, hoy y mañana. Es la facultad de conservar las conquistas de la humanidad para que sirvan a las actuales y futuras generaciones.

Además, existen pruebas fehacientes de que este reconocimiento –el de Benemérito— se ha entregado en vida. En el siglo XIX, el 24 de octubre de 1873, el Congreso del Estado ratificó el Decreto del 20 de febrero de 1867 declarando Benemérito de Nuevo León, en vida, al doctor José Eleuterio González "Gonzalitos". Esto le permitió al pueblo manifestarle en vida su reconocimiento y su amor por tantas cosas buenas que hizo,

Por otra parte, en el siglo XX, el 30 de junio de 1918, por acuerdo del Congreso del Estado se declaró oficialmente Beneméritos de la Educación en Nuevo León a los maestros nuevoleoneses Serafí­n Peña y Miguel F. Martí­nez, quienes recibieron esta distinción en vida.

El Cronista de la Ciudad nos ha entregado a través de los años una vasta obra que rescata del olvido las voces del tiempo. Son voces que le han cantado a Monterrey, a la ciudad, a sus sí­mbolos, a sus habitantes y a su vocación de trabajo. La vida se nutre del ayer. Mientras tanto, al igual que hace siglos, las montañas son centinelas que guardan la ciudad y en las cimas las nubes se detienen a descansar.

Hace unos dí­as, la Universidad Autónoma de Nuevo León encabezada por su Rector, el maestro Rogelio Garza Rivera, rindió homenaje al maestro Cavazos Garza, en un emotivo evento celebrado en el Colegio Civil Centro Cultural, por su incansable labor y la culminación de su trabajo como jefe de la sección de historia del Anuario Humanitas.

El Rector le deseó al maestro más "tiempo, vida e historia", y le aseguró que la Universidad siempre serí­a su casa. El Rector Rogelio Garza Rivera distinguió al historiador, catedrático universitario y colaborador del Centro de Estudios Humaní­sticos de la UANL desde su fundación, considerado como "El Historiador de Nuevo León", quien colaboró con el Anuario Humanitas desde 1960 hasta la fecha, tiempo en el que elaboró el archivo, las historias y las crónicas del Nuevo Reino de León.

Este mes de enero, Cavazos Garza llegó a los 93 años de edad. A través de su existencia, el historiador ha recobrado, una y otra vez, recuerdos y nostalgias. Ha recuperado para nosotros trozos del ayer, que permanecí­an en las amarillentas páginas del olvido y que nos narran la grandeza de Monterrey.

En sus obras, el nombre de Monterrey viaja a través del tiempo hacia nuevos horizontes. Por otra parte, en sus páginas se reflejan imágenes de una actividad sin descanso y nos traen hasta el presente los memorables instantes del pasado.

El maestro Israel ha recuperado gran parte del ayer, pero también deja constancia del presente. En su obra hay voces de distintos tiempos y lugares, en un merecido elogio a una ciudad que ha traspasado el umbral de un nuevo siglo y un nuevo milenio.

Don Israel ha acudido a las fuentes del pasado, para recuperar algo hermoso. Y así­, ha hecho de la historia un medio para llegar a la belleza. La vida humana es un drama y el historiador aspira a reproducirla.

Ha sido, la del maestro Israel, una importante labor que le ha llevado a ganar un merecido prestigio por las conquistas logradas dí­a con dí­a. Su ejemplo es el de haber hecho de la obra histórica una gran tarea contemporánea edificada sobre materiales del pasado que ha sabido rescatar desde lo primeros pobladores, la fundación de Monterrey, el descubrimiento del cronista anónimo, así­ como la elaboración de miles de fichas en torno a personajes, libros y protocolos.

Todo lo anterior viene a fortalecer el conocimiento de nuestra historia, de nosotros mismos y a robustecer la identidad. Todo esto es parte de una gran obra institucional.

En su obra "Mi idea de la Historia", al referirse a las cualidades que de tener un historiador, don Alfonso Reyes señala las siguientes: "Dato comprobado, interpretación comprensible y buena forma artí­stica, son los tres puntos que no deben faltar". El actual Cronista d Monterrey reúne, sin duda, estos tres elementos.

El maestro Cavazos Garza ha sido protagonista y testigo de la historia.

Este año, nuestro personaje acude a una cita con el tiempo: Cumplió 93 años. Más de nueve décadas de fructí­fera existencia. Nació el dos de enero de 1923, en la Villa de Guadalupe, Nuevo León. Ha sido Cronista de su tierra natal y de la ciudad de Monterrey.

A nuestro personaje nada le ha sido gratuito. Cada página de su obra ha sido escrita con mucha investigación y trabajo, quitándole incluso horas al sueño. Historiadores y cronistas de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas han afirmado que el noreste se debe sentir –se siente— orgulloso de contar con la figura de Israel Cavazos Garza, un distinguido historiador que ha contribuido a formar bibliotecas, archivos, centros de investigación, sociedades y grupos de historia.

La faena realizada se nos antoja de una paciencia infinita. En ocasiones, entre libros de la Biblioteca Universitaria o entre añejos documentos de los Archivos Municipal y Estatal, don Israel ha ido más allá de sus obligaciones para enriquecer el acervo histórico de Nuevo León.

El profesor Israel profesa un estilo en el que se mezclan la erudición y el añejo acento. Es un romántico de la Historia, a quien siempre resulta placentero escuchar, porque su palabra es herencia de todos los tiempos. Su obra es un homenaje a Monterrey a través del tiempo hasta llegar al presente. Es una oración a la ciudad en que vivimos. Su obra nos hace sentirnos orgullosos de nuestra ciudad.

Por eso, en estos dí­as en que el Cronista de Monterrey cumple sus primeros 93 años, es justo decirle lo que sentimos por él y por su obra.

No hay que esperar a que los grandes hombres desaparezcan para patentizarles nuestro reconocimiento. Digamos con Ana Marí­a Rabatté: "En vida hermano, en vida....

Nosotros agregarí­amos por último, Maestro Israel, debe sentirse orgulloso. Usted ha sentado las bases firmes de los contenidos de nuestra Historia. Usted ha abierto caminos mejor iluminados por los cuales habrán de transitar las nuevas generaciones de investigadores.