30/Apr/2024
Editoriales

Curso intensivo para líderes

Todos podemos ser líderes, es cuestión de decidirlo y estar dispuesto a actuar como tales.

Lo primero, según los que saben, es identificar una o varias metas, aunque se recomienda enfocarse en una sola, para no repartir los esfuerzos.

Ya con el objetivo bien claro, se debe estudiar todo lo relacionado con él; los medios modernos de comunicación facilitan esta parte que anteriormente era la más difícil. El estudio incluye sesiones de meditación para hacer comparaciones de la meta propuesta con otras, identificando fortalezas y debilidades del proyecto, pero nunca dejando de estudiarla, se recomienda no dormir una noche sin haber descubierto algo nuevo de ella.

Antes de escribir el plan para conseguir la meta, se debe determinar el segmento de la población a la que se busca liderar, para actuar en consecuencia.

Si ya se sabe lo necesario de la meta y los grupos de personas que serán los liderados, se debe trabajar en las actitudes personales del líder, que debe tener:

1.- Honestidad. Si no se puede actuar de frente y sin dobleces, nunca se podrá ser líder.

2.- Dinamismo. Un líder debe ser dinámico; nadie sigue a quien proyecta lentitud o pereza.

3.- Entusiasmo. Un líder debe ser apasionado de la causa y de sus liderados.

4.- Sentido común. El líder debe tener un sentido común agudo para saber cuándo el proyecto se está convirtiendo en una entelequia.

5.- Optimismo. Un líder pesimista se quedará solo; todo mundo sigue al optimista, pero se debe cuidar el límite entre optimismo e ingenuidad. 

6.- Oratoria. El líder debe saber comunicarse con los suyos, no importa su estilo, pues no hay reglas estrictas de las formas de comunicación; el mensaje corporal es determinante.

Si usted trabaja en este tenor, tiene altas posibilidades de convertirse en líder. Acaso falta apuntar que un líder reconoce cuando está frente a otro, y si decide sumarse a él, debe hacerlo en un convenio en el que se contemple la participación de los suyos.