Estados Unidos.- Países integrantes de la Unión Europea, así como Estados Unidos, presionan a China para que deje de apoyar a Rusia y a su economía ante la guerra que se disputa en el territorio ucraniano.

Los países occidentales impusieron, en días recientes, varias sanciones que han golpeado al país a cargo de Vladimir Putin, las cuales incluso podrían llevar a Rusia a hacer un “default” de su deuda extranjera.

Lo anterior debido a que las naciones han congelado sus activos., además de prohibir la exportación de los productos rusos, no obstante Pekín se resiste de momento a dejar de apoyar a su aliado.

 La postura de China, al momento, ha sido neutral, pues incluso ha solicitado moderación y negociaciones entre Rusia y Ucrania, al mismo tiempo que critica la expansión de la OTAN.

 Medios internacionales afirman que Pekín está dispuesto a apoyar la economía rusa, así como proporcionar armas y apoyo logístico a las tropas del presidente Vladimir Putin.

Estados Unidos angustiado por la intervención China

Luego de llevar a cabo una reunión de más de 7 horas, en las que participaron el asesor de seguridad nacional de EU, Jake Sullivan, y su homólogo chino, Yang Jeichi, el estadounidense enfatizó que es de suma relevancia que China evalúe su posición en la guerra, pues recordó las relaciones que tienen con Rusia.

 “La clave aquí es primero hacer que China recalcule y reevalúe su posición. No vemos señales de esa reevaluación”, declaró.

 Afirmó además que China ya decidió que va a brindar apoyo económico y financiero, pues Rusia se encuentra en los primeros lugares de la lista de compras de armamentos chinos.

 A la fecha Rusia requiere de ayuda económica y financiera con urgencia ante las sanciones impuestas por EU y aliados de la Unión Europea que orillaron al país a ubicarse en peligro de incumplimiento en los pagos de su deuda, con dos pagos de intereses que vencen el siguiente miércoles.

De acuerdo con especialistas, en caso de que China respalde a Rusia, la administración de Joe Biden deberá cambiar su enfoque para persuadir a los aliados, particularmente de Europa, con la intención de que reconsideren sus relaciones con Beijing.