27/Apr/2024
Editoriales

El primer Atlas de la República Mexicana

En la antigí¼edad, los marinos salí­an rumbo a lo desconocido. Y se llevaban cada sorpresa. Así­ se consiguieron los grandes descubrimientos y aparecieron figuras como Cristóbal Colón, Vicente Yáñez Pinzón, Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa, Vicente Yáñez Pinzón, Vasco Núñez de Balboa, Fernando de Magallanes, Juan Sebastián Elcano, Hernando de Soto y Américo Vespucio, entre otros.

Fue precisamente Vespucio, quien habrí­a de precisar que las tierras descubiertas no estaban en oriente, sino que se trataba de un nuevo continente.

Con el tiempo, el ser humano creó y se sustentó en otros instrumentos. La navegación se basó en los avances de la cartografí­a y su divulgación a través de la imprenta y en la evolución de las técnicas de navegar, gracias a determinados herramientas. En tiempos recientes se han conseguido notables avances, con el apoyo de los satélites, del radar y los sistemas de localización GPS.

La carta de navegar primitiva era el "portulano", (siglo XIII) un mapa hecho a base de rumbos dibujados. Durante la antigí¼edad un piloto experimentado calculaba "a ojo" la velocidad y la distancia recorrida.
Las cartas portuláas, también conocidas por el nombre de portulanos, son mapas que hicieron posible el uso de la brújula. Aparecen en el siglo XIII y continúan elaborándose en varias centurias, incluso muy avanzada la Edad Moderna.

El 16 de agosto de 1850 –ayer se cumplieron 166 años--, la Sociedad Mexicana de Geografí­a y Estadí­stica terminó la Carta General, Atlas y Portulano de la República, que fue aprobada por el jefe de la Nación en enero de 1851.

Esta carta se elaboró cuatro veces a efecto de reformarla y mejorarla. Estando en proceso de elaboración fue solicitada por la Secretarí­a de Relaciones en 1847 «a fin de servirse de ella para los preliminares del Tratado de Paz y nuevos lí­mites con Estados Unidos», según dice Sonia Lombardo de Ruiz en su artí­culo «Antonio Garcí­a Cubas, constructor de la imagen de la Nación Mexicana», de la revista México Desconocido en su portal digital.

El 18 de abril de 1833 se habí­a creado el Instituto Nacional de Geografí­a y Estadí­stica, denominado Sociedad Mexicana de Geografí­a y Estadí­stica. A éste se le encargó la Carta General, Atlas y Portulano de la República Mexicana, bajo la dirección del general de ingenieros Pedro Garcí­a Conde.

La SMGE fue creada por un grupo encabezado por don Valentí­n Gómez Farí­as Fundada a escasos años de la creación de la República Mexicana y de la Promulgación de la Constitución Polí­tica del paí­s en 1824. Tendrí­amos que repasar la historia nacional, para trazar en forma paralela la vida de esta venerable Institución.

Fue creada el 18 de abril de 1833, por Don Valentí­n Gómez Farí­as, con 18 intelectuales mexicanos, a quienes pidió que realizaran tareas fundamentales para la viabilidad del nuevo estado nacional. La Benemérita Sociedad Mexicana de Geografí­a y Estadí­stica es la primera en América y la cuarta en el mundo. Durante su fructí­fera existencia ha contado con numerosos socios que han sido –y son— orgullo de México.

Sólo para destacar en forma aislada a unos cuantos de sus augustos dirigentes, bastarí­a con mencionar, del siglo XIX, a Miguel Lerdo de Tejada, Manuel Orozco y Berra o "El Nigromante", Ignacio Ramí­rez, Ignacio Manuel Altamirano o de la vigésima centuria que recién dejamos atrás, las figuras de Jesús Silva Herzog, Emilio Portes Gil o el maestro Isidro Fabela, creador de la polí­tica internacional inspirada y surgida de la Revolución Mexicana. Actualmente es presidida por el Lic. Julio Zamora Bátiz, quien además ha sido Embajador de México.

La nomenclatura de los poblados, la adopción del sistema métrico decimal, el trazo del ferrocarril Veracruz-México, el tendido de la primera lí­nea telegráfica, la ley para proteger la riqueza arqueológica y colonial, son apenas algunos de los muy importantes trabajos que la Sociedad entregó a los mexicanos. También realizó el censo de 1862.

Quien revise los nombres de socios de esta institución entre 1870 y 1970 leerá una relación de los mexicanos que han construido al México moderno. Baste destacar que en la Rotonda de los Hombres Ilustres se encuentran los restos de 43 de sus miembros y que en los muros de la Cámara de Diputados constan los nombres de 8 de ellos en letras de oro.

Es notable la presencia y participación de literatos y artistas en la SMGE Sociedad hacia finales del siglo XIX. Guiados por Ignacio Manuel Altamirano generaron el impulso para una cultura nacionalista.

Son miembros de la Sociedad Mexicana de Geografí­a y Estadí­stica quienes impulsan y redactan la primera ley de planeación y quienes realizan el estudio económico que avala la expropiación petrolera. En el seno de esta agrupación se prepara la defensa de la soberaní­a nacional sobre las Islas del Pací­fico Norte y se impulsa el concepto de mar patrimonial, que culmina en la reivindicación de la plataforma submarina como territorio nacional y en un sustancial cambio del derecho internacional, acordado en el seno de la ONU.

A través del tiempo, la Sociedad Mexicana de Geografí­a y Estadí­stica ha reunido a miles de mexicanos preocupados por el devenir cultural y el desarrollo tecnológico de nuestra patria.

Pero volvamos a la Carta Geográfica General, Atlas y Portulario de la República Mexicana.

Desde su inicio, el gobierno del México independiente vio la necesidad de contar con una carta geográfica general que comprendiera a la nueva nación, pero al establecerse el pacto federal, en 1824, se volvió impostergable la construcción de la cartografí­a del nuevo paí­s, con sus entidades federativas y con sus fronteras (que iban a ir cambiando conforme los años, las invasiones, las compras, las presiones y la indiferencia de algunos presidentes de México).

La tarea no era fácil, pues los cambios en la polí­tica interna y externa modificaban frecuentemente la realidad nacional. Se hicieron varios esfuerzos que culminaron en 1850.

Para realizar esta tarea se hubo de utilizar toda la experiencia acumulada: la cartografí­a de los conquistadores que definieron los litorales y las tierras sometidas, la de los colonizadores que fueron consolidando las fundaciones poblacionales en los territorios ocupados, las de las jurisdicciones eclesiásticas, las de los propietarios de minas y haciendas, la de las expediciones misionales y militares que se ocuparon en cartografiar las provincias norteñas y la de los registros catastrales.

También se consideraron todos los esfuerzos de los agrimensores y de los cientí­ficos ilustrados para definir la posición geográfica del paí­s y, desde luego, se recogieron en ella todos los mapas regionales.

Con este cúmulo de información se pudo hacer el primer Atlas de México. Se ha ido perfeccionando mucho la técnica. Pero la semilla estuvo bien sembrada. Nuestra patria, hoy, cuenta con una radiografí­a exacta de lo que es y de cómo es. Y eso nos da la capacidad de sentirnos una nación.

La Historia y la Geografí­a siempre han sido --y serán-- necesarias, aunque algunos funcionarios de la SEP lo duden en ocasiones. Hemos tenido autoridades educativas que han eliminado durante años estas materias del plan de estudios, como también lo han hecho con otra materia de suma importancia: el Civismo. Y las consecuencias están a la vista y las sufrimos todos.

Si queremos saber a dónde vamos, primero debemos saber de dónde venimos, cómo somos y donde estamos.