18/Apr/2024
Editoriales

El disenso de los médicos

 

Antiguamente se daban discusiones de los médicos junto al lecho del paciente, una escena lamentable y común. Las credenciales de un médico no podían ser evaluadas con facilidad, pues sus estudios y experiencias no siempre coincidían en los mismos términos. Y no había un sistema de evaluación, de suerte que todas las opiniones tenían a los oídos del paciente el mismo peso, así vinieran de una eminencia o de un novato. 

Los médicos actuales pueden ser criticados por algunos, pero están debidamente registrados ante las autoridades, conviven en colegios profesionales y su comportamiento frente a la pandemia llega en algunos casos a niveles de heroicidad.

Sin embargo, los antecedentes éticos de los médicos de la Grecia antigua y del Imperio romano son retratados por estos dos grandes facultativos de la antigüedad: 

 

“Allí yace un paciente, dando vueltas y retorciéndose. Entra corriendo una cuadrilla completa de médicos, pero lo que los motiva no es la compasión por el moribundo ni un sentimiento de humanidad compartida; todos ellos están allí por la gloria vana, como si se tratase de una competición en los Juegos Olímpicos. Uno de ellos pronuncia un bonito discurso y otro argumenta en contra, otro elabora una sutil teoría y otro la rebate”.

Teodoro Prisciano, Recetas fáciles de obtener, Prefacio.

 

“Los médicos que se reúnen para una consulta nunca deberían discutir ni insultarse unos a otros. De verdad, un médico no debería estar tan seguro de sus propias deducciones como para negarle a otro médico sus opiniones. Esto sería una muestra de inseguridad, la clase de comportamiento mezquino que uno asocia más con los comerciantes que con los médicos”.

Hipócrates, Preceptos 8