CIUDAD DE MEXICO - La epidemia de sobredosis de opioides que afecta a Estados Unidos ahora se comienza a extender al norte de México, alertaron organizaciones civiles y especialistas, que exhortaron a las autoridades a frenar este preocupante fenómeno. Entre abril de 2020 y abril de 2021, en Estados Unidos murieron por sobredosis más de 100.000 personas, la mayoría por el consumo de fentanilo, superando las cifras de fallecimientos por armas de fuego y accidentes automovilísticos. En el último año, las muertes por consumir drogas duras fuera de proporción aumentaron en Estados Unidos un 28,5% y aunque en México los datos no son tan escalofriantes comienzan a escalar a una velocidad inusitada.

El fentanilo, la llamada "heroína sintética", es hasta 100 veces más potente que la natural y que la propia morfina y se receta a pacientes con dolores extremos. La Asociación Civil Verter alertó que las sobredosis por consumo de opioides están creciendo sobre todo en ciudades de la frontera con Estados Unidos como Tijuana y Mexicali, donde se reportaron en el último año al menos 400 casos. Said Slim, coordinador de proyectos de Verter, señaló que toda la heroína que circula en la franja fronteriza norte se mezcla con el fentanilo, lo que incrementa el riesgo de sobredosis y muerte.

Una sobredosis de fentanilo provocó la muerte del popular cantante estadounidense Prince, quien fue hallado sin vida en su residencia el 21 de abril de 2016.

Según estudios de las universidades de San Diego California, en el estado del mismo nombre, realizados en colaboración con organizaciones civiles mexicanas, entre 60 y 70% de las muestras de heroína recolectadas en áreas de consumo de ciudades fronterizas contenían fentanilo. En 2020, Verter tuvo conocimiento de al menos cuatro muertes por sobredosis en el estado norteño de Baja California, pero no hay todavía datos oficiales o estudios que hagan un recuento exacto de los fallecimientos en México.

"El problema es muy grave y las autoridades no tienen ni idea de cómo enfrentarlo", afirmó Slim, al diario local Reforma.

Las organizaciones civiles mexicanas realizan una intensa campaña para crear conciencia entre los adictos para evitar el uso del fentanilo y distribuyen "naloxona", un medicamento para tratar la sobredosis por opioides, pero para obtenerla se requiere receta médica. Las ONGs llamaron a las autoridades a eliminar la naxolona de la lista de fármacos psicotrópicos, por no ser propiamente ese tipo de sustancia, a fin de eliminar el requisito de la prescripción. En 2021, el líder de la bancada oficialista en el Senado, Ricardo Monreal, presentó una iniciativa para descartar este medicamento de la nómina de drogas controladas, pero fue rechazada. México es el principal proveedor de fentanilo de Estados Unidos y en 2021 confiscó 1.852 kilos de esa sustancia, una cifra histórica, pero que sólo representa la "punta del iceberg". El general Luis Cresencio Sandoval, ministro de Defensa, señaló que nunca antes se había incautado una cantidad tan grande de esta droga, que se compara con los 3.497 kilos de lo incautado entre 2016 y 2018, es decir, cinco veces menos. Según el funcionario, las organizaciones criminales se volcaron hacia la producción y trasiego de drogas "más letales" debido a que "les permiten mayores ganancias" porque es más fácil elaborarlas, con base en precursores químicos provenientes de Asia.

Estados Unidos presionó a México para que otorgue máxima prioridad a la incautación de fentanilo y a la destrucción de laboratorios que fabrican este narcótico.

La agencia para el control de drogas de Estados Unidos (DEA, siglas en inglés), denunció que bandas criminales usan aplicaciones móviles de mensajería para traficar con fentanilo en su territorio.

"La facilidad con la que los traficantes operan en las redes sociales y otras aplicaciones populares para smartphones está alimentando la epidemia de sobredosis", expuso Anne Milgram, directora de la DEA.