03/May/2024
Editoriales

Réquiem por un amigo

Siempre me dijo mi padre, que me perdonaría todo, menos la deslealtad , y  menos a un amigo y me lo demostró con la lealtad que le tuvo a tu padre hasta la muerte. Tuvieron que pasar muchos años, para que ellos se volvieran a ver, cuando lo hicieron, se fundieron en un abrazo interminable que me tocó ver. Eran como niños que después de muchos años reafirmaron la amistad de toda la vida.

 Así nos pasó a nosotros ,vuelvo la vista a los remotos años -como si ahora fuera- desde que fuimos compañeros en el kínder en Dr. González , luego en la primara, después, cada quien tomó su rumbo, aún no había electricidad, estudiábamos al amparo  de una lámpara de petróleo. Se lo que sufrió tu madre para que sus dos hijos salieran adelante y lograran, gracias a la Universidad, una carrera. Pasado el tiempo,  un día nos encontramos en el viejo  parque Cuauhtémoc en un partido de los Sultanes, a los dos nos gustaba el béisbol, único deporte que se practicaba en nuestro terruño.

 Ya pasados los años, volvimos – como los elefantes- a encontrarnos en el pueblo, ya como profesionistas, tu como médico , yo como contador público y licenciado, los años no cambiaron en nada nuestra amistad. Cada domingo nos reuníamos a recordar nuestra bella y extraordinaria infancia en el campo, libres y alejados de cualquier daño como pasa ahora, nadando en el arroyo, buscando panales y juegos propios de aquellos años.

 Hoy , con profunda tristeza y a pesar de las redes sociales, me entero que dejaste este mundo, para  irte “ más allá del arco iris”, a reunirte con tus padres y tu hermano. Lamentablemente , no te acompañé ni en tu enfermedad ni en tu último adiós y me duele mucho , por el aprecio y el cariño que nos tuvimos desde que teníamos 5 años. Te conocí  y sé que debiste haber sufrido mucho en el desprendimiento de tu familia. Pronto los volverás a ver, como nos volveremos a ver  nosotros . Nosotros que como decía el Maestro Rangel “que a  velas rotas navegamos”.

  Sé que hiciste mucho por los desprotegidos como médico, sobre todo por los niños con cáncer.  Nunca te vi cobrar una consulta. En mi pueblo, atendías a quien te lo solicitara y con que yo te dijera que algún amigo  de la infancia  o algún familiar estaba enfermo, me decías: “vamos a verlo”, eso es amor al prójimo.

 Te vamos a extrañar doctor Ángel Mario Chapa Gutiérrez, te van a extrañar los niños a los que atendías gratuitamente, sin ningún interés, ahora que  se va perdiendo ese sentido de solidaridad que tú tenías y que ya lo traías desde siempre. Sé que pronto nos veremos de nuevo.