Los Ángeles - Michael Douglas ha decidido negar las acusaciones de realizar actos obscenos delante de la escritora Susan Braudy hace más de treinta años, antes de que salieran a la luz.

El actor apela a la responsabilidad de los medios de comunicación, a la hora de difundir este tipo de historias, en la era post-Weinstein. Explicó que en diciembre The Hollywood Reporter se puso en contacto con él para preguntarle sobre Braudy, que trabajó a sus órdenes "hace aproximadamente 32 años", como directora en Nueva York de la oficina de Stonebridge, la productora del actor.

Según había asegurado la presunta víctima a la publicación, Michael Douglas se masturbó en una ocasión delante de ella, la despidió, impidió que obtuviera otro empleo en la industria del cine, y muchas veces habló con lenguaje malsonante en su presencia. Negó las dos primeras acusaciones, y se disculpó si se había expresado de manera inapropiada en alguna ocasión.

Ahora, Matthew Belloni, periodista que estaba detrás del asunto, publica un artículo bastante reflexivo. “Muchos han apodado el movimiento #MeToo y la voluntad repentina de las mujeres de contar sus historias de abuso como un "ajuste de cuentas" para Hollywood, pero ha provocado un cambio igualmente grande en la forma en que los medios cubren estas historias también”, explica el periodista. “Durante décadas, la mayoría de las publicaciones no mencionaban las acusaciones de acoso y abuso en el lugar de trabajo. La historia de Weinstein ha cambiado todo eso”.

Afirma que coteja sus informaciones con testigos, y que consulta a los abogados de su medio antes de escribir nada. “En el caso de Susan Braudy, ella proporcionó notas y documentos de su experiencia con Douglas y afirma que le contó su experiencia a tres personas que estaban dispuestas a respaldarla públicamente. También tiene una carta de 1993 del Centro de Derecho de Mujeres de California que muestra que preguntó sobre acoso sexual en el lugar de trabajo, aunque dice que estaba demasiado intimidada para poner una denuncia”.