02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Julio 15 de 1920: Aprehenden fuerzas del ejército federal en Monterrey, al general lampacense Pablo González Garza (1879 – 1950). El destacado revolucionario estaba acusado de traición -algo que don Pablo decía ignorar-, y fue prendido cuando descansaba en su casa ubicada en el cruzamiento de las calles Pino Suárez y M. M. del Llano, del centro de la Ciudad.

  Un año antes -en 1919- el general Pablo González había sido candidato a la Presidencia de la República, y se le acusaba en rumores, sin pruebas, de mandar asesinar a Emiliano Zapata en Chinameca, Morelos, por el conducto de su subalterno Jesús Guajardo. 

 González había sido amigo de Ricardo Flores Magón, a quien conoció gracias a su paisano y pariente Antonio I. Villarreal; ambos personajes influyeron en su formación ideológica. 

 Entre sus hechos de armas más importantes está que en octubre de 1913 atacó la ciudad de Monterrey, pero los generales Rodolfo Iberri, Ricardo Peña, Fernando Carranza y Miguel Quiroga lo hicieron a recular rumbo a Tamaulipas. 

 

 Como dijimos, en 1919 Pablo González fue candidato a la Presidencia de la República y cuando fue derrotado, intentó levantarse en armas, y la efeméride de hoy es precisamente su prendimiento acusado de traición. Se formó un Consejo de guerra que lo condenó a muerte, sin embargo, su sentencia fue conmutada por la extradición, así que se fue a vivir a Estados Unidos, regresando hasta 1940, sin recursos económicos debido a que todo su capital lo había invertido en el Mexican American Banking Company de Laredo, Texas, que se declaró en quiebra. Murió en una humilde casa del centro de Monterrey, sus restos se encuentran en la Explanada de los Héroes de la Macroplaza y su hijo, el ingeniero Pablo González Miller, escribió un libro llamado El Centinela de Nuevo León, en donde defiende su actuación, buscando limpiar el nombre de Pablo González Garza.