03/May/2024
Editoriales

La necesidad de ser famoso

En alguna medida todos buscamos ser reconocidos por nuestro maestro, el mesero que nos atiende, o la vecina que nos saluda. Pero si no es así, no pasa nada. Ser ignorados no es agradable, pero tampoco degradante como lo toman tan a pecho los inseguros de sí mismos, los que buscan protagonismo. Ah, si ellos supieran que la fama y la tranquilidad no se llevan bien, no lucharían tanto por aparecer en la foto.

Es cada vez más común ver ‘féisbucnautas’ revelando sus intimidades, declarando su amor, sus odios, frustraciones o alegrías, proporcionando datos que los ponen en peligro, pues tales mensajes pueden provocar reacciones cargadas de morbo y/o de pasiones. 

Ese mórbido deseo de fama es propio de individuos acomplejados que muchas veces comparten verdades a medias, pensando que publicándolas se convierten en realidad.

Individuos ávidos de reflectores que le dicen al mundo: “yo existo y soy diferente de los demás” pues me atrevo a hacer cosas que los otros no. 

Debemos recordar que también hay delincuentes que siembran terror para adquirir fama. En 1888, el famoso Jack el Destripador, envió tres cartas a la policía de Londres, diciéndoles cuándo planeaba asesinar de nuevo. En el norte de California, el llamado Asesino del Zodiaco envió docenas de cartas a la policía y a los medios de comunicación a finales de la década de 1960 en forma de acertijos anunciando sus siguientes crímenes.

Ambos reclamaban atención pública. 

En una carta a la policía preguntó el segundo: “¿A cuántos tengo que matar antes de hacerme un nombre en el periódico o lograr un poco de atención nacional?"

Uso criminal de las redes sociales.

En Nogales, Sonora; Omar Alexis Balderrama Gutiérrez –de 23 años- anunció su suicidio en Facebook. Puso en su muro un comentario a manera de despedida: "Ya no puedo más amigos, me rindo, cuídense mucho sobre todo mi familia k la amo perdóneme ama y mi hijo” (sic). Omar Balderrama tomó un arma y se disparó en la cabeza dentro de su casa.

Así como la pólvora fue inventada para fuegos artificiales en China, y la energía nuclear tomó forma en la cabeza de Einstein como solución a problemas de iluminación y movilidad, y ambos inventos terminaron siendo armas mortíferas, la red en internet se concibió como un inocente avance en las comunicaciones, pero ya tomó un relevante papel en el sector bélico, así como en varios usos perversos en la sociedad.

Cientos de millones de personas utilizan las redes sociales adecuadamente para transmitir conocimientos y sostener una relación sana con su grupo de amigos. La lejanía física que justifica la existencia de las redes sociales es parte de la causa, pues se sabe que acercan a los que están lejos aunque alejan a los que están cerca. 

Si nos comunicamos con otras personas sin verlas o escucharlas, algo en el cerebro dificulta recordar que hay consecuencias para lo que decimos.

El principal atractivo de las redes sociales, es la comunicación entre amigos y familias. Pero viendo las distorsiones, pienso que tal vez tenía razón Oscar Wilde cuando aseguraba que “en el mundo hay una cosa mejor que oír hablar de uno: que no hablen más de uno”. 

Fuentes:

Centro de Investigación de Psicología de los Medios, en la Escuela de Psicología Profesional, Massachusetts.

Escuela de Psicología Profesional de Chicago, en Estados Unidos.

Departamento de Psicología de la Universidad Europea en Madrid.