Octubre 13 de 1811: llegaron a Guanajuato las cabezas de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Ignacio Aldama, y José Mariano Jiménez. La historia comienza el 21 de marzo de 1811 que en Acatita de Baján fueron prendidos estos héroes de la independencia mientras se dirigían a San Antonio de Béjar.
El nuevoleonés Ignacio Elizondo fue el traidor que engañó a Allende diciéndole que en Baján podrían descansar del viaje pues allí estarían seguros. Era un ardid para prenderlos y todos fueron presos, llevados a Monclova y luego a Chihuahua donde fue fusilado Miguel Hidalgo el 30 de julio. Todos corrieron la misma suerte y tras de ser muertos, les desprendieron sus cabezas que fueron trasladadas a la Alhóndiga de Granaditas y a partir del día 15 de octubre de 1811 se colocaron en unas picas en las esquinas del edificio. Y así duraron, dentro de una jaula de hierro, por diez largos años, hasta la consumación de la independencia de México, a cargo de Agustín de Iturbide.
La paradoja es que Iturbide, quien combatía con fiereza a los insurgentes terminó aliándose con ellos para independizar a nuestro país de España. Aunque luego de un periplo que fue desde encabezar la Monarquía mexicana, caerse de la silla, un largo viaje y un desafortunado regreso, también fue fusilado en Padilla, Tamaulipas.