01/May/2024
Editoriales

No son santos, tampoco dioses

Decía el Papa Francisco: "Oremos para que los políticos nos gobiernen bien", porque un buen cristiano participa activamente en la vida política y reza para que los políticos amen a su pueblo y le sirvan con humildad. Por otro lado, el diputado y candidato presidencial de extrema derecha, el argentino Javier Milei, afirmó categóricamente: "Los políticos en su actuar no son omniscientes, omnipresentes ni omnipotentes".

  En nuestro querido México, contamos con políticos que desafían a la sociedad al comportarse de manera hipócrita, como si fueran santos en público y actuarán de manera totalmente diferente en privado. Si analizáramos en detalle sus redes sociales, podrían merecer un premio de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (Oscar), o incluso podríamos pensar que aspiran a la santidad. Basta con observar sus actividades en sus perfiles de Facebook, Instagram y otras plataformas, donde parecen ser ejemplares padres de familia, devotos cristianos, almas caritativas de buena fe, defensores de la libertad y la justicia, o protectores de la legalidad ecológica y animal.

  Sin embargo, como ciudadanos, a menudo nos decepcionamos al descubrir que estas personas involucradas en la política carecen de las cualidades básicas, como la honestidad, la ética, el análisis político, la autoridad, el criterio, y muchas otras. La preparación, el estudio y la vocación son clave al elegir a nuestros representantes democráticamente, evitando políticos hechos al vapor.

 No es difícil identificarlos y señalarlos, ya que la doble moral es su sello característico. Por la mañana, buscan la protección de Dios en la iglesia o el templo de su comunidad, se persignan y se toman una selfie del día. Sin embargo, por la tarde, envían a empleados para desalojar y someter a ancianos que viven aislados de sus familias y carecen de recursos económicos, sin un mandato judicial para apropiarse de sus propiedades. Luego, por la noche, acuestan a sus hijos y les dan un beso de buenas noches en la frente.

  ¿Y qué decir de los aspirantes a políticos en pleno año electoral? Por la mañana, inauguran un centro de trabajo dando un mensaje de prosperidad, respeto e integridad. Pero más tarde, le dicen a su chofer que se estacione en un lugar prohibido, sin importarles que los agentes de tránsito los quieran sancionar.

 En resumen, los políticos son simples mortales y no deben jugar a ser dioses. Deben comportarse bajo los principios del deber ser, ya que el poder es efímero y se desvanece como la espuma en el mar. Las personas inteligentes son aquellas que consideran que los cargos públicos son temporales y que la felicidad no termina al final del día.

 

Comentarios a rodin2511@hotmail.com