Agosto 16 de 1996: muere en La Jolla, de San Diego, California, USA, el famoso matador de toros Manolo Martínez. Se llamaba Manuel Martínez Ancira, y había nacido en Monterrey el 10 de enero de 1946, siendo hijo del destacado director de la histórica Facultad de Ingeniería Civil de la UNL, Don Manuel Martínez Carranza, quien fue a su vez, sobrino del presidente Venustiano Carranza.

Tras una etapa de definición de su verdadera vocación en donde intentó estudiar agronomía y practicar la charrería, Manolo Martínez se presentó exitosamente como novillero en la Plaza México a la edad de 19 años. Se inició como matador en esta Ciudad, recibiendo en noviembre 7 de 1965 la alternativa del gran Lorenzo Garza “El ave de las tempestades” y llevando como testigo al linarense Humberto Moro. Manolo se fue en una gira a ruedos en Sudamérica, en forma especial a Venezuela, en donde triunfó una y otra vez, forjando su perfil de matador elegante, con valor y estilo propio. En  1967 recibió la confirmación de alternativa en la plaza México, a manos del peninsular Juan García “Mondeño”, y de testigo al mexicano Mauro Liceaga. A partir de la siguiente semana comenzó la historia real de Manolo Martínez, pues en la plaza México tuvo muchas exitosas actuaciones, compitiendo ya con el popular tapatío Manuel Capetillo.

En 1969 fue contratado para debutar en España a donde fue y tomó la alternativa en junio de 1969 alternando con Paco Camino y Antonio Ordóñez, en la plaza de Toledo. No pudo cumplir cabalmente con el contrato de 60 corridas debido a que fue cornado en Murcia, Bilbao y Cáceres, por lo que, en ese año toreó solo en 40 ocasiones. Al año siguiente se confirmó su alternativa en Madrid con Santiago Martín “El Viti”, con el testimonio de Sebastián “Palomo” Linares. Su actuación no fue del nivel que había tenido en otras plazas, así que regresó a nuestro país, ya convertido en un ídolo. En la plaza México fue el matador que toreó a seis denodados bovinos en una misma corrida. Manolo Martínez junto a Lorenzo Garza y a Eloy Cavazos, conforma el trío de matadores más importantes de Monterrey, quienes pusieron el nombre de nuestra ciudad en el mapa mundial de la tauromaquia.